Pertenezco a la
generación que tenía un solo mandato: debíamos ser y así lo intentamos, las
mejores hijas, las mejores esposas - amantes, las mejores madres, las mejores
profesionales, etc., Y ahora que ya hice todas esas cosas lo mejor que pude, no
siempre tengo ganas de cuidar nietos, ni de escuchar los problemas de los demás
y me gusta estar sola, mirar películas o... no hacer nada...
Ya demostré,
acabadamente, quien soy como persona.
Lo que me queda de vida, intento
que sea mío, disfrutándolo con lo que me venga en ganas: viajando, comprando,
tomando café con una amiga, haciendo lo que me plazca, así sea estar sin hacer
nada una semana, ¿se entiende?
Me he dado cuenta que por más que los
demás nos amen mucho y seamos importantes para ellos, todos seguirán viviendo
cuando no estemos. Por eso ya es tiempo de NUESTRO tiempo, y de dejar de rendir
examen en tantos roles con que la vida nos puso a prueba. No pienso dar más
examen de nada, eso incluye a mi familia también.
Nosotras ya estudiamos,
criamos hijos, trabajamos, cuidamos padres, estuvimos presentes cada vez que
alguien nos necesitó...¿acaso después nos van a hacer un monumento donde diga:
"a una luchadora, un ser ejemplar y virtuoso"?
Seguro que no. Y si de
casualidad lo hicieran... ¡Estaremos bajo tierra!
Somos una generación
que rompió estereotipos, allanamos el camino a los que vinieron
después.
Por librar tantas batallas en soledad hemos sufrido tanto cada
una de nosotras. Por distintas razones. Por eso ya es hora de que empecemos a
relajarnos y a divertirnos más.
¡No saben lo bien que se
siente!
Muchas veces me planteo qué rápido pasó la vida, distraída como
estaba, haciendo mil cosas. También me pregunto ¿cuánto nos queda de vida,
amigas? No lo sabemos, por suerte nadie lo sabe, sólo el Ser Supremo conoce
nuestro destino.
¿Algo cambiará en quienes nos quieren, cuando nos
vayamos? No, la vida seguirá igual en nuestra ausencia y hasta tal vez dirán:
"la vieja estaba un poco loca el último tiempo". Pero nosotras felices igual ...
porque ya no escucharemos...
Mis queridas amigas, cuídense, no se
repriman, aprendan a decir NO cuando quieran decir NO. Si es necesario y siempre
para bien de nuestra salud mental, aprendan a mandar lejos a la gente que no
sirve para nada (eso sí, con elegancia es mejor).
Ya es hora de discernir
a quien le hace bien mi amistad, mi cariño, mi compañía y quien me busca sólo
para llenar su aburrimiento, descargar su neurosis o hacerle un
servicio...
La vida está llena de gente egoísta que solo se satisface a
si misma usando a los demás de distintas maneras y para diferentes
propósitos.
Huyamos de esos vampiros que nos roban la energía para seguir
subsistiendo y juntémonos, cada vez que podamos, con aquellos que nos hacen
reír. Practiquemos nuestra merecida libertad, ya sea quedándonos en la cama todo
un día, viendo por TV lo que se nos ocurra, leyendo poesía, biografías
interesantes o simples revistas de chismes.
Qué placer caminar sin apuro
ni rumbo fijo, y detenernos en cualquier lugar que nos llame la atención. Por
favor, visitemos más seguido a las amigas positivas, vayamos a lugares nuevos,
escuchemos más música, animémonos a pintar, a hacer manualidades, meditación,
canto, salsa, idiomas, jardinería.....lo que más nos guste!!. Todo sirve y es
válido para hacernos sentir bien.
¡Lo que nos quede de vida que sea
viviéndola cada día como queremos y en
plenitud!