Tal como decía San Pablo, -
"Aunque yo hablara todas las lenguas
de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor,
soy como una campana
que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía
y conociera todos los misterios y toda
la ciencia, aunque tuviera toda
la fe, una fe capaz de trasladar
montañas, si no tengo amor, no soy nada.
El amor no pasará jamás."