He leído con sumo interés tus palabras, querida
amiga mía de México, país al que pese a no cono-
cer apenas, lo quiero bastante.
¿Es algo absurdo, extravagante o excéntrico esto
que acabo de decir y escribir? No sé. Podría ser.
Depende.
Mira, tamaulipeña, quise ayer enviar a Positivos el
vídeo o video en el que el rey de España anunciaba
su abdicación.
No sé qué córcholis pasaba, pero me fue imposible,
a pesar de haberlo intentado tres o cuatro veces,
haceros o hacerles llegar el documento o el archivo,
como creo que se dice en la terminología de las tec-
nologías informáticas. Yo, justo sé entrar y salir por
aquí, moverme un poco, sin mucha velocidad y sin
seguridad.
Titulaba el mensaje como Su Majestad, Su Excelencia
Real, Casa Real o algo a esto parecido.
Trataba yo solamente de decir dos cosas. La primera,
que entiendo que debería celebrarse en España un refe-
réndum que dilucide o ponga en claro si son o no son
monárquicos los españoles. La segunda era de signo to-
talmente alejado de las cosas de la gobernación.
Quiero añadir algo más, amiga mía.
Es una reflexión de tipo histórico.
. Los españoles fueron invasores que llegaron a América.
. Los españoles fueron conquistadores.
. Los españoles fueron también colonizadores.
Han pasado más de 5 siglos. No son pocos los años.
Entiendo perfectamente que aún hoy, año 2014, puedan exis-
tir en la América de habla castellana núcleos, grupos, socie-
dades, personas que en lo más hondo del corazón sientan ani-
madversión y un cierto rencor hacia los españoles.
Y ahora, lo último ya , dama de Tamaulipas (¿de Reinosa, de
Matamoros, de Nuevo Laredo, de Tampico ....?).
No es nada difícil aprobar y compartir contigo tus modos de
opinar. También pienso yo que es un verdadero anacronismo,
una verdadera antigualla la existencia de un rey y de una fa-
milia real.