DOS ASNOS
Qué bueno sería que en un mundo,
por lo común tan vacío,
volviéramos a la sabiduría
de los grandes filósofos.
Acercarse a seres como Sócrates
y meditar vivencias
como la que le sucedió al maestro
con un rico ateniense.
Dicho hombre llegó donde Sócrates con su hijo
y le pidió que se encargara de la educación del muchacho,
el filósofo le dijo que le cobraría quinientas dracmas,
al rico le pareció mucho dinero:
-¡¡Es mucho dinero!
Por esa cantidad podría comprarme un asno.
-Efectivamente, le aconsejo que lo compre,
dijo Sócrates,
así tendrá dos.
En otra ocasión un opositor suyo
le dio un puntapié
y el filósofo siguió su camino sin protestar.
Cuando le preguntaron
por qué no acusaba al ofensor ante los jueces,
Sócrates respondió:
- Si un asno me hubiera dado una coz,
¿acaso debería llevarlo ante el juez?,
pues esto es lo que ha ocurrido.