UN VIEJO ERMITAÑO
Un viejo ermitaño fue invitado en cierta ocasión a ir a la corte del rey mas poderoso de su tiempo.
Yo envidio a los hombres santos que se conforman con tan poco, comentó el soberano.
Yo le envidio a su majestad que se conforma aún con menos que yo.
Yo tengo la música de las esferas celestes, tengo los ríos y las montañas del mundo entero.
Y tengo la luna y el sol, porque llevo a Dios en mi alma.
Su majestad sin embargo, apenas tiene este reino...(D.A)