Un científico de la NASA insiste en la necesidad de hallar
otros mundos habitables ante la amenaza constantes de los asteroides
Recreación artística del impacto de un asteroide contra la Tierra
Por Cristina L. Éboli
La vida en la Tierra tiene fecha de caducidad. El encargado de recordarlo esta semana fue el científico de la Nasa y exastronauta John Grunsfeld. Según afirmó, “si queremos asegurar la futura supervivencia de la humanidad, antes o después tendremos que dejar la Tierra. Es prácticamente seguro que en algún momento nuestro planeta sufrirá el impacto de un asteroide devastador”. Y no sólo las rocas espaciales suponen un problema, también el cambio climático o la superpoblación mundial, añadió.
La teoría de este exastronauta no es nueva. El científico Stephen Hawking ya ha advertido de que “entre los 1.000 años que le llevará a la humanidad hacer inhabitable el planeta y los 1.000 millones de años que le tomará al sol convertir en árida a la Tierra, está la posibilidad de que una supernova cercana, un asteroide o un agujero negro nos liquiden a todos”. Pero “si se establecen colonias de humanos en el espacio nuestro futuro como especie estaría seguro”, añade.
Como señala Grunsfeld, lo primero de todo es buscar un lugar donde el ser humano pueda ‘mudarse’. Debe estar a una distancia concreta de su estrella, tener una atmósfera adecuada, agua... Muchas condiciones que, sin embargo, en un Universo de proporciones inimaginables todo es posible. Aunque una de las preguntas que surge es qué hacer si se encuentra ese mundo, pero ya está habitado.
Grunsfeld insiste en la necesidad de encontrar planetas similares a la Tierra que puedan ser habitables. Y en eso juegan un papel fundamental los telescopios espaciales. En 2017 será lanzado elTransiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), cuya misión será localizar exoplanetas. Según la NASA, su objetivo “es identificar planetas terrestres en las zonas habitables en estrellas cercanas”. Este telescopio será capaz de detectar cambios increíblemente pequeños en la intensidad de la luz de una estrella cuando un planeta del tamaño de la Tierra pase por delante.
El TESS tendrá como compañero de trabajo al James Webb, el telescopio más moderno que nunca se haya construido. Una vez el primero localice un planeta candidato, el segundo analizará su atmósfera en busca de condiciones que puedan albergar vida.
Sólo desde 1995 se han localizado más de mil planetas, pero existen cientos de miles de millones de ellos. Según los cálculos de la NASA, en los próximos años podrían hallarse cerca de veinte planetas con características similares a la Tierra.
Una vez que se encuentren los planetas candidatos quedará el otro gran reto, viajar hasta ellos. Esto, en base a la tecnología actual, es por el momento pura ciencia ficción. Pero que nadie se inquiete, a pesar de los mensajes alarmistas todo apunta a que a la Tierra y a la humanidad aún le queda algo tiempo para hallar una solución al problema. “La raza humana no debería apostar solo al planeta”, sentencia Hawking.