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EL LIDER DE LA PAZ

Jesús vivió en una época donde el régimen político era una dictadura.

Tiberio, emperador romano se consideraba el señor del mundo.

Era un gobierno antidemocrático, sin ninguna libertad de expresión.

La discriminación era común en esa cerrada sociedad.

Los que tenían ciudadanía romana se consideraban por encima de cualquier otro mortal.

La violencia que Roma imponía a todos los que se oponían a su dominio era muy fuerte.

Por otro lado, los líderes judíos, por tener una cultura milenaria también se creían superiores a la plebe.

En ese ambiente nadie hablaba de paz ni de amor, ni de los sentimientos mas nobles de la vida.

Sólo querían ser rescatados por un líder que los librara de ese yugo.

Y entonces llegó Cristo, pregonando que el Reino de Dios había llegado a la tierra, y todos pensaron que con él llegaba la salvación.

Pero con el Mesías, tan esperado por todos, no llegaba ese gobierno ansiado, porque Cristo no anhelaba el trono político, sino anhelaba el trono que hay dentro de cada persona, afirmando que Dios, su Padre, quería establecer su reino en el espíritu de los hombres.

1Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

Ellos querían cambiar el espíritu humano, no mejorarlo ni reformarlo, sino CAMBIARLO, de raiz, renaciendo de nuevo en el espíritu.

¿Como sería eso? Por medio del bautismo en su nombre, y arrepintiéndose de los pecados del pasado.

Hechos, 2:38 Pedro les contestó: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".

Fué considerado una gran amenaza para los dirigentes judíos, mayor que la que representaba el poderoso Imperio Romano, porque sin necesidad de tomar armas, el Maestro de Nazareth causó la revolución más grande de la historia de la humanidad: "la revolución espiritual".

El era el lider del amor y la paz, y anhelaba convertir al hombre en un pacificador.

Hoy en día, los bienaventurados son aquellos que tienen dinero, cultura y un buen lugar en la sociedad.

Pero para Cristo, los bienaventurados son todos aquellos que transmiten paz estén donde estén, que calman la ira, la envidia, el odio, los celos...Y que al comprender la sublime humanidad del Maestro, sus vidas pasen a tener otro sentido.

Por eso, él usó cada segundo de su tiempo, cada pensamiento de su mente, cada gota de su sangre, para cambiar el destino no sólo del pueblo judío, sino de toda la humanidad.

Que el Dios de la paz y el amor sea con todos ustedes. Amén.

LEONOR