Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

aquinosreunimospersonaspositivas
¡ Feliz Cumpleaños VAINICA !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
 GENERAL 
 ENTRA AL CHAT 
 REFLEXIONES 
 POESIAS 
 ARTE, CULTURA Y CIENCIA 
 FORMATOS, FONDOS Y GIFS 
  
 LA ROCKOLA 
 MUSICA MIDI 
 HISTORIA MUSICAL 
 ANOTA TU CUMPLEAÑOS 
 ENTRETENIMIENTO 
 RISAS Y HUMOR 
  
 MEXICO 
 ARGENTINA 
 CHILE 
 VENEZUELA 
 ESPAÑA 
  
 CINE ONLINE 
 JUEGOS 
 SALUD 
 CUIDA TU SALUD 
 PRENSA EN EL MUNDO 
 INFORMATICA-Tutoriales 
 
 
  Herramientas
 
General: TORTURA QUE NUNCA FUE UN ARTE
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: LEO-MARI  (Mensaje original) Enviado: 29/10/2014 14:07

Tortura que nunca fue un arte

 
Puedo percibir en mi interior el amor, como un ente independiente que quiere encadenarse a mi alma con sólida fuerza. Creo que en cada partícula de aire que respiro, en cada movimiento de las hojas de los árboles, en el destello del sol sobre la hierba, en la brisa que mece el tiempo estoy percibiendo amor, la constante conexión con mi Yo interior.  Y con este sentimiento de conexión con el Todo, vienen a mi memoria las imágenes de la libertad y el derecho a la vida de todos los seres del planeta. Y del mismo modo que visualizo imágenes de animales en plena libertad en su hábitat, recuerdo otras que no son tan gratas y que me revuelven el estómago y las entrañas de mi fuero interno. Recuerdo inevitablemente la tortura de muchos seres sometidos al entretenimiento del hombre, he aquí nuestro gran amigo el toro.
Hace escasamente unos meses vi en televisión la imagen de un anciano sentado a la sombra de un árbol mientras daba de comer con sus manos a un inmenso ejemplar de toro bravo. Menuda bravura…convertida en una dócil actitud del toro hacia el anciano, a tan sólo unos centímetros de distancia la ostentosa cornamenta del animal de la cara y del cuerpo del hombre, que sentado a los pies del árbol, semejaba un soldadito de juguete al lado de la preciosa bestia.
Algunos mal llamados toreros (pues para mí un torero sería un pro toro y no un asesino de ellos)  cometen auténticas atrocidades con estas bellezas de seres bravos  ante la falta de estímulos y sensibilidad de muchos otros ojos que acuden a ver un espectáculo que nada tiene de espectáculo y mucho de tortura y barbarie.
Al respecto de los orígenes de la tauromaquia, no hay un acuerdo unánime de sus inicios. Lo cierto es que su nacimiento y llegada hasta nuestros días  son consecuencia de  un cúmulo  de simultáneas y distintas circunstancias.  En los últimos años del Imperio Romano, ya en su decadencia, es cuando tenemos documentadas las primeras participaciones de toros en espectáculos públicos, cuya finalidad era ofrecer violencia gratuita al pueblo, prácticas  llamadas venerationes,  en las que animales luchaban contra otros animales,  o bien hombres luchaban contra animales  y cuyas  muertes se convertían en una diversión para el pueblo.  La mayoría de estos luchadores eran condenados o prisioneros de guerra, atraídos por la posibilidad de dejar su condición de miserables, puesto que los combatientes que conseguían salir vivos de estas salvajes luchas con las fieras eran aclamados victoriosos y héroes para el pueblo. En 1567, el Papa Pio V prohibía los espectáculos taurinos, al ser calificados como algo relativo a lo demoníaco y ajeno a lo cristiano, debido a la gran cantidad de muertos y heridos que provocaban. La Iglesia amenazaba con excomulgar a los que desobedecieran al Papa; sin embargo, se hizo caso omiso de esta orden papal. Gregorio XIII,  el Papa sucesor, consentía de nuevo las corridas de toros.
En el año 1.700, llegó a España la dinastía borbónica, con el rey Felipe V, quien procedente de una corte parisina mucho más  refinada que la castellana, consideró el espectáculo una fiesta bárbara y cruel, que sólo daba un feo y atroz ejemplo al pueblo, de modo que los nobles abandonaron el toreo, considerado una costumbre de clase baja y castiza.  Fue así que el pueblo continuó la fiesta a su modo y es a partir de este momento, que nacía el toreo como hoy lo conocemos. Aunque la dinastía real intentó terminar con esta práctica, tuvo que permitirla debido al fuerte arraigo entre los españoles. Y es durante el reinado de Carlos III (1.759-1.788) cuando se empiezan a construir las plazas de toros. El inventor de la actual corrida de toros, tal cual hoy la vemos,  fue Joaquín Rodríguez Costillares , empleado del matadero de Sevilla, que organizó las cuadrillas de toreros, los tercios de la lidia, el toreo de capa y la verónica, elementos que hoy seguimos identificando en las actuales corridas. 
Cuando llega el siglo XIX, en toda Europa empiezan a erradicarse las costumbres en las que se maltratan animales por entretenimiento. Sin embargo, en España empieza un nefasto y bárbaro siglo taurino donde el rey Fernando VII,  último rey absolutista, abrió las escuelas de tauromaquia, promocionándola tal cual hoy la conocemos. Cabe destacar que la tortura pública de animales humanos (brujas, delincuentes y otros)  y no humanos era corriente en toda Europa hasta el siglo XVIII. Sin embargo, se suprimieron en el XIX.
La ciudad taurina por excelencia, en aquel momento, fue Barcelona, que ha sido la única ciudad del mundo en toda la historia que ha mantenido tres plazas de toros activas a la vez. Impresionante.
En 1835, en la plaza de la Barceloneta, El Toril, salieron seis toros mansos, toros que no embestían, toros con aire de inocencia y mirada limpia pero temerosa de no entender,  sin embargo e inevitablemente, toros que destripaban a los caballos, claro está, de forma involuntaria. 
Sólo cabe decir que analizando los hechos de nuestra historia, parece que en pleno siglo XXI, todavía existen algunos humanos bárbaros y sin conciencia ni ética alguna que son capaces de maltratar de forma desmesurada a un animal que pasta libre y manso en verdes prados, pero que bajo el yugo del hombre y su atrocidad, son asesinados ante la pasividad de otras tantas mentes crueles y cerradas que son las únicas capaces de disfrutar con la matanza de inocentes, pues ver como un toro vomita sangre porque le han desgarrado las cervicales, perforado los pulmones y masacrado sus órganos vitales durante una corrida, es ser una estúpida e ignorante bestia humana que disfruta con la sangre y el sufrimiento de otros, más cuando afirman que el animal no sufre y que los berridos de dolor agónicos que el pobre toro emite en la plaza es sólo furia. Y no dolor.
Lo que no se cuenta nunca es el que toro siempre sale a la plaza débil, pues su maltrato y su agonía empiezan mucho antes de ser dejado en la plaza. Vaselina en los ojos, falta de comida y agua días antes, con un estrés emocional y físico brutal de horas atrás en las que ha estado a oscuras encerrado en un transporte donde no sabe ni a dónde lo llevan ni por qué lo han arrancado de su vida que tan apaciblemente llevaba en algún lugar junto a sus compañeros. 
Y el toro sale desnudo, sin lanzas ni capotes, ni trajes de luces ni bravura, sale con el miedo de los gritos de un público despavorido que ha caído en una histeria colectiva de sed de sangre y tortura, por eso el toro siente miedo, por eso el toro siempre muere. Porque el toro sale inocente, con su alma limpia y sus ojos nublados, con el corazón encogido y las entrañas rotas de ver una fuerza humana que sólo quiere arrancarle la vida de forma agonizante. 
Por eso, no puedo más que gritar cuando otro inocente es maltratado hasta la muerte. Por eso, siempre sentiré un amor inmenso que me une al Todo, a la vida, al aire que respiro, a los árboles.
Y al toro.
Por supuesto, también al toro, a todos los toros que yacen pasto de la muerte proporcionada en manos de bárbaros pasados y presentes. Pero con poco futuro. Porque, aunque todavía algunos intenten que creamos que algún día hubo arte en el espectáculo de la muerte, la tortura nunca lo fue, y el asesinato jamás ha formado parte de la cultura, sólo de la injusticia practicada por la barbarie del hombre.
Durante siglos, esto sólo ha sido tortura que nunca fue arte. (Eva M. Ruiz)


Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: SCCHEREZADA Enviado: 29/10/2014 20:52
EXCELENTE ARTICULO, COMADRITA LEO.. TODO LO QUE CONLLEVE INVOLUCRAR EL DOLOR Y AGONIA DE UN ANIMAL, COMO LA CORRIDA DE TOROS, LA PELEA DE GALLOS O DE PERROS, POR DECIR ALGO, ES PARA MI UNA ESTUPIDA FORMA DE ENTRETENIMIENTO.

GRACIAS POR COMPARTIR, PRECIOSA...

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: LEO-MARI Enviado: 30/10/2014 20:59
HOLA SCHHERE, GRACIAS POR DEJAR TU OPINION
 
LA CUAL COMPARTO TOTALMENTE CONTIGO
 
AQUI, EN ARGENTINA, HACEN APUESTAS EN LAS RIÑAS DE GALLOS
 
CREO QUE LAS PROHIBIERON, PERO EN EL CAMPO
 
ESA MANGA DE IGNORANTES DESALMADOS
 
LA SIGUEN HACIENDO
 
NO ENCUENTRAN OTRA MANERA DE DIVERSION
 
QUE VER A DOS ANIMALES HACERSE PEDAZOS


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados