Hermosas, lindas y elegantes me parecen a mí las
fotografías que vemos de la boda de la hija de nues-
tra muy querida SCCHEREZADA, quien fue converti-
da en suegra a partir del momento último y final de
esa importante ceremonia y celebración.
Muy apreciada Dama de Monterrey, me he detenido
durante más tiempo en verte y mirate a ti que al
resto de los fotografiados, incluidos los novios - Los
Grandes del Día - o el resto de asistentes.
Te veo espléndida, radiante, esplendorosa, muy guapa.
Encuentro poco, muy poco, poquísimo, diría incluso que
ningún parecido entre la foto que vi de ti hace unos días,
en la página de hacer frases, acerca de la que hice un
desafortunado comentario, y las fotos del día del enlace
eclesiástico de tu hija.
Luces y reluces en la fotografía del mensaje 3, en la que,
entiendo, apareces entre tus dos hijos.
En esa foto en que te das o te echas un bailongo, en la que
bailas, estás arrebatadora; apareces sonriente, como siem-
pre yo te he imaginado.
MUCHA FELICIDAD PARA LOS RECIÉN CASADOS.
UN SALUDO MUY CORDIAL PARA TI, EMPERADORA/EMPERATRIZ.