I. ¿QUÉ SON LOS CAMINOS DE
DIOS?
Es la forma en que Dios se
relaciona con nosotros. Sus caminos indican lo que Él desea hacer; son las
decisiones que Él toma con respecto a nosotros. Estos caminos son más altos que
los nuestros (Is. 55:9) Como son más altos los cielos que la tierra, así
son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos.
El dispone las cosas según Su
conocimiento, y no deja lugar para nuestra opinión. El trata a cada persona de
una manera diferente. Sus caminos son lo que Él sabe que es mejor para nosotros
y nos muestran que Él actúa según su deseo y determinación.
Muchos titubean ante el hecho
de que sin una revelación de Dios es imposible aceptar Sus caminos. Nos
preguntamos: “¿Por qué Dios amó a Jacob y no a Esaú?” Quizá nos parezca que Dios
fue injusto con Esaú, y nos indignemos por la manera en que Esaú fue tratado.
Tal vez pensemos que Esaú era un buen hombre que fue engañado en todo aspecto y
que Jacob era el malo. No obstante, Dios dijo: “A Jacob amé, mas a Esaú
aborrecí” (Ro. 9:13). Aún así traemos a colación nuestros argumentos al
respecto. Quienes así razonan, no han visto a Dios. Aquellos que lo han visto,
saben que El es Dios y, como tal, puede actuar como le plazca. El hace lo que lo
satisface a El, pues es Dios. Nadie puede decirle cómo debe actuar. El no
necesita consejeros ni asesores ni una junta de consejeros que le digan cómo
actuar. El hace lo que le place. Estos son los caminos de Dios.
Los caminos de Dios son lo que
El escoge, lo que desea hacer, y El desea actuar de una forma específica; desea
relacionarse con nosotros de cierta manera. El quiere llevar a cabo un asunto en
particular y no otro. El nos hace pasar por estas circunstancias y no por otras.
A esto nos referimos cuando hablamos de los caminos de Dios.
FELIZ AÑO 2015
PROSPE.