El viagraVa una ancianita al doctor para que la ayude a revivir el apetito sexual de su marido. “¿Qué tal si probamos la Viagra?” le dice el doctor. “No hay manera”, dice la ancianita. “Mi marido no toma ni aspirina para el dolor de cabeza”. “No hay problema”, dice el doctor. Échesela en el café sin que se dé cuenta. Regrese en una semana para ver cómo le fue. A la semana vuelve la ancianita donde el doctor y le dice: “Ay doctor… FUE HORRIIIIIBLE … FUE HORRIIIIIIIIIBLE, esto del Viagra” “Pero, ¿qué fue lo que pasó???????”, pregunta el doctor. “¿Siguió mis indicaciones al pie de la letra?” “Sí, ¿cómo no, doctorcito?”, dice la ancianita. “Se lo eché en el café sin que se diera cuenta y el efecto fue inmediato. Se levantó de la silla, tiró todo lo que estaba sobre la mesa al piso, me arrancó toditita la ropa, me subió a la mesa e hicimos el amor de forma apasionada. Fue HORRIIIIIIBLE, doctor, fue HORRIIIIIIIIIIBLE!!!”. “Pero, ¿qué fue lo horrible?”, pregunta el doctor. “¿Fue malo el sexo??????” “No, doctor”, responde la ancianita. Fue el mejor sexo que hayamos tenido en 45 años, pero creo que no voy a tener cara para regresar nunca más al McDonalds” |