Viaje sin retorno al planeta Marte en el año
2025
Rotterdam (Holanda), 22 feb (EFE).- Mars One, el
proyecto creado por una fundación holandesa que prepara una misión sin retorno a
Marte para establecer en 2025 una colonia permanente en el planeta rojo, no está
exento de críticas y algunos detractores consideran poco ético que este viaje
sea solo de ida.
El cofundador del proyecto e inspirador de la
aventura Mars One, Bas Lansdorp, dijo a Efe que esas críticas vienen
"normalmente de personas que no conocen en detalle" su plan.
Mars One es un proyecto gestionado por la
fundación holandesa creada por Lansdorp y el físico Arno Wielders, que pretende
enviar en 2018 un primera expedición y a partir de 2025 iniciar una colonia
humana permanente y autosuficiente en el planeta rojo.
La iniciativa ha tenido algunas críticas
procedentes del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) de
Estados Unidos, que en un reciente estudio elaborado por estudiantes bajo la
dirección de la doctora Sydney Do alertaba de problemas de viabilidad técnica y
en la previsión de costes.
Lansdorp entiende que un proyecto así tenga
detractores, pero consideró que "Marte es ahora el paso más lógico en el camino
de expansión humana en el sistema solar y más allá" y agregó que viajar a otro
planeta sigue siendo algo complicado de entender.
"En este momento, Marte parece algo difícil y
cualquier intento más allá de este planeta parece casi imposible. Sin embargo,
cuando ya estemos viviendo en Marte, todos los nuevos avances en nuestra
exploración nos parecerán sencillos y cercanos", añadió.
El emprendedor holandés dijo valorar "mucho más
la opinión de los profesionales y empresas que trabajan en el proyecto que esas
críticas", al tiempo que prefirió centrarse en los logros de una misión que
"cambiará totalmente la visión que tenemos de nuestra especie y del
universo".
"Si conseguimos llegar y establecernos en Marte,
¿qué es lo que no podemos hacer?", preguntó.
Mars One, explicó, está avalado por los
"contratos que ya se han cerrado con las mejores compañías de naves espaciales y
de sistemas de soporte vital" y por un equipo de "profesionales con mucha
experiencia y con grandes conocimientos que forma parte tanto del consejo de
embajadores como de asesores, entre los que se encuentra Mason Peck, ex director
tecnológico de la NASA".
La primera tripulación con cuatro voluntarios que
no regresarán a la Tierra, ya que el proyecto no contempla tecnología de
regreso, partirá hacia el planeta rojo en 2024.
Viajarán durante todo un año hasta el cuarto
planeta del sistema solar más cercano al sol y que los científicos señalan como
el más parecido a la Tierra, aunque su delgada atmósfera es de dióxido de
carbono.
Está previsto que desde 2025 y cada dos años
viajen a Marte otros seis grupos de cuatro tripulantes cada
uno.
Entre esos futuros tripulantes, un puesto para el
que la fundación recibió 202.586 solicitudes, podrían figurar españoles o
latinoamericanos ya que hay cuatro en la lista de los 100 candidatos que van a
pasar a la tercera ronda de selección.
Son el físico Pablo Martínez, de 37 años, y el
técnico de energía solar Ángel Jané, de 39, además de la estudiante boliviana de
antropología Zaskia Antelo, de 20, y la profesora brasileña de seguridad pública
y diseñadora de acuarios Sara Feliciano da Silva, de 51.
La fundación ya mencionó en su convocatoria que
no solo se requieren astronautas, ya que "para diseñar un asentamiento humano
permanente en Marte se necesitan personas sanas y bien
preparadas".
Para la fundación de Lansdorp, "la habilidad más
importante de los individuos que formarán parte de esta colonia es su capacidad
de funcionar dentro de un grupo. Personas que entrenarán durante años para
prepararse físicamente y además desarrollar el talento para producir
comida".
La primera tripulación dispondrá de comida de
emergencia, pero el plan prevé cultivos para autoabastecer a la primera
comunidad marciana.
Está previsto que la producción de agua potable
se consiga mediante el hielo que contiene el suelo de Marte y que la de oxigeno
se logre a partir de ese hielo mediante electrólisis, así como a partir del
nitrógeno existente en la atmósfera del planeta.
El coste de la aventura se ha calculado en 6.000
millones de dólares para llevar a los primeros cuatro viajeros, más 4.000
millones por cada misión tripulada, según figura en la web de la fundación, que
espera conseguir financiación de colaboraciones, patrocinios y de la venta de
derechos de propiedad intelectual y los derechos de emisión, ya que la misión
será televisada.
EFE