APRENDAMOS DE LAS CAIDAS
Por que será que nos lamentamos tanto cuando nos decepcionamos, perdemos y erramos?
El mundo no acaba cuando nos engañamos o nos engañan; cambia, tal vez, de dirección.
Pero necesitamos sacar partido de nuestros errores.
¿Por qué todo tendría que ser correcto,
coherente, sin fallas?
Las caídas hacen parte de la vida y de nuestro
aprendizaje de ella.
De que duele, duele. ¡Ah! ¡Eso no se puede negar!
Duele en el orgullo, principalmente.
Y entre más gente involucrada,
más nos duele el orgullo.
Por lo tanto, lo humillante no es caer,
sino quedarse en el suelo mientras la vida
sigue su curso.
El problema es que juzgamos al mundo según
nuestra particular forma de verlo
olvidándonos de que existen millones
y millones de miradas diferentes a la nuestra.
Pero no está obligatoriamente equivocado quien piensa diferente de nosotros solo porque piensa diferente.
Y tampoco está obligatoriamente en lo correcto.
Todo mundo es libre de ver y sacar sus propias conclusiones sobre la vida y sobre el mundo.
A veces acertamos, otras erramos.
Y somos normales así.
Entonces, en una discusión, en una pelea,
detente un segundo y piensa:
"¿Y si yo estuviera equivocado?"
Es una posibilidad en la cuál rara vez queremos pensar.
Nuestro "yo" nos ciega demasiadas veces.
Nuestro celo, nuestro orgullo y hasta,
por que no, nuestro amor.
No vemos el lado del otro y no lo queremos ver.
Y así somos, muchas veces injustos tanto con el prójimo, como con nosotros mismos, pues no aceptamos la oportunidad de aprender algo con alguien.
He ahí el por qué tanta gente se mantiene en esa posición que provoca desavenencias,
guerras, separaciones.
Nadie cede y las personas acaban quedándose solas.
Y ¿De qué sirve tener siempre la razón,
saberlo todo, si al final lo único que nos queda es la soledad?
Vivir es dar.
Y no se da sin humildad, sin generosidad, sin amor en el corazón.
Si nos cerramos, si cerramos nuestra alma y nuestro corazón,
nada va a entrar.
¿Y acaso conseguiremos valernos por nosotros mismos?
Yo lo dudo.
No caminamos siempre en la cuerda floja,
pero a veces es el único medio para cruzar.
Somos mucho más resistentes de lo que creemos; la propia vida nos enseña a sobrevivir, vivir sobre los acontecimientos y a pesar de todo.
¡Nunca dudes de tu poder de supervivencia!
Si dudas, caes.
FE, FUERZA y VALOR para continuar el
maravilloso viaje de la vida....(D.A)