Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la tienda de su maestro sufí. Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y dijo "tengo tan gran confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera, porque estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman". "Pues sal fuera y ata tu camello estúpido!" le dijo el maestro. "Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo." Anthony de Mello