El interrogante me lo planteó una chica muy joven que -estoy segura- me aprecia y a la que aprecio…O sea que el interrogante no iba con segundas ni tenía mala intención. '¿Tú aprendiste a montar en bicicleta?',me preguntó.Le respondí que sí,que a los doce o trece años conseguí mantenerme en equilibrio sobre las dos ruedas de una bici roja gracias a la paciencia de mi abuelo. Lo que me mosqueó fue la segunda pregunta ¿Y todavía te acuerdas de pedalear sin caerte?' Y es que, señoras y señores, hay preguntas que, como dice una amiga mía, te enfrenta, sin miramientos, ''a la pila… A la pila de años que vamos teniendo'' (D.A)