SOLO HAZ LO QUE PUEDAS
Era un frío día de otoño cuando el granjero divisó al gorrioncillo acostado de espaldas en medio de su campo. El granjero dejó de arar, miró a la frágil criatura emplumada y preguntó:
- ¿Por qué estás así, acostado boca arriba?
- Oí que hoy se va a caer el cielo –contestó el pájaro.
El viejo granjero ahogó una risita.
- Y supongo que tus escuálidas patitas van a sostener el cielo.
Uno hace lo que puede –respondió el resuelto gorrioncillo.
DE LA RED