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General: POR NO MIRAR HACIA ARRIBA
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De: LEO-MARI (Mensaje original) |
Enviado: 21/06/2015 14:36 |
POR NO MIRAR HACIA
ARRIBA |
por Carlos
Rey | |
Un padre llevó a su hijo a dar un paseo en el auto. Al pasar por
un campo sembrado de melones, el padre, viendo lo maduros que
estaban, le dijo al muchacho:
—Voy a entrar a buscar dos o tres melones. Quédate tú aquí en el
auto y mira para todos lados. Si ves que alguien se acerca, das un
ligero pitazo.
El padre saltó por encima de la cerca y, ocultándose bajo las
ramas de un árbol, se acercó a un maduro y hermoso melón. Al
comenzar a cortarlo, oyó un disparo. Miró para todos lados y no vio
a nadie. Así que volvió a la tarea de cortar el melón, pero esta vez
no sólo oyó otra detonación sino que una bala cayó cerca de él. Miró
hacia arriba y vio encaramado en el árbol a un hombre que, por lo
visto, era el encargado de cuidar el campo de melones. Avergonzado,
le pidió perdón al hombre, salió a toda prisa del campo, montó en el
auto y se alejó rápidamente del lugar. Ya de camino, el padre le
preguntó a su hijo en tono de regaño:
—¿Acaso no te dije que miraras para todos lados?
—Sí —respondió el muchacho—, ¡pero no me dijiste que mirara hacia
arriba!
¡Qué triste ejemplo de un padre para su hijo! La mayoría de los
padres jamás harían tal cosa, y sin embargo, tal vez por
considerarlo inofensivo, muchos les enseñan a sus hijos a mentir y a
engañar mediante el ejemplo que les dan. ¿Acaso no es eso lo que
sucede cuando les mandan a sus hijos que le digan al que acaba de
llamar por teléfono, o de llegar a la casa, que ellos no se
encuentran, siendo que no han salido? Lo irónico del caso es que, al
igual que aquel padre, cuando están procediendo mal no les preocupa
lo que piensan sus hijos, de quienes son responsables ante Dios,
sino solamente lo que piensan aquellos que no están a su cuidado. A
la hora de la verdad, sólo les importa que no los vean los
demás.
Esa actitud es tan antigua que se remonta a los tiempos de
nuestros primeros padres en el jardín del Edén. Sólo que en aquel
entonces Adán y Eva no conocían a nadie más que a Dios. De modo que
tan pronto como pecaron al comer la fruta prohibida, procuraron
ingenuamente esconderse de su presencia. Tal vez Dios no les había
explicado que eso era imposible, ni que, para colmo de «males»,
jamás podrían ocultarle nada a Él.
Si acaso nos preocupa el «¿qué dirán los demás?», y por eso
miramos para todos lados, más debiera preocuparnos el «¿qué dirá
Dios?», y por eso mirar hacia arriba. Lamentablemente algunos se
portan como si no les importara en absoluto lo que piensa Dios de su
manera de actuar. Mientras no los vea el prójimo, fingen que no ha
pasado nada.
Aunque no estemos robando melones ni dando mal ejemplo a nuestros
hijos, todos pecamos contra Dios y contra el prójimo de otras
formas. Más vale entonces que miremos hacia arriba, pero no para ver
si Alguien nos está mirando, sino para ver, con el corazón
quebrantado y arrepentido, que Dios nos mira con deseos de
perdonarnos. Porque si bien el pecar es humano, el perdonar es
divino.
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De: JuanJ |
Enviado: 22/06/2015 10:11 |
Gracias Leonor por la reflexión ..
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GRACIAS MI LEITO POR LA REFLEXION... UN ABRAZO HASTA TU HERMOSA ARGENTINA...
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