Dame Señor la tranquilidad al desarrollar mis actividades diarias,
la tranquilidad al asumir los fracasos de la vida,
la tranquilidad que pudiera ofrecer mi vida,
la tranquilidad de en algún momento, dar, ofrecer, aspirar.
Para todas las cosas hace falta tranquilidad, se necesita de ella.
Es lo que todos buscamos detrás de nuestros trabajos,
de nuestros escritos, de nuestros lances, de nuestro arriesgo,
de nuestros llantos, de nuestras risas, solo eso, tranquilidad.
¿Será que se pueda conseguir ese sentimiento
no perpetuamente, pero sí frecuentemente?.
Me gustó y se los envío. Mara