La ciudad de Éfeso en
Turquía.............PROXIMAMENTE
Éfeso fue una ciudad (o polis) de la antigüedad, ubicada en la
actual Turquía, anteriormente denominada
Anatolia o Asia Menor. Se dice que el nombre
de Éfeso fue por una reina de las amazonas, las mujeres guerreras de la
antigüedad. Recibió otros nombres como Samorna, Trecheia, Ortigia y
Ptelea.
La fundación de Éfesos fue realizada por un grupo de
colonos atenieses liderados por Androclo, hijo de un rey
griego. Existen también leyendas que le atribuyen la fundación de la ciudad a
las Amazonas, que cómo se dijo antes fue una de las posibles
razones del nombre del asentamiento. La importancia de la ciudad en la
antigüedad se basaba, además, en el hecho de que era un puerto. Con el paso del
tiempo, el mar fue retrocediendo hasta que la denominación de “puerto”
fue dejada de lado para aplicársele a la ciudad.
Pablo pasó por Frigia y llegó a Éfeso. - ¿Recuerdas que
Pablo visitó esa ciudad en nuestra historia anterior? Judit le dijo que sí.-
Bueno, en esta ocasión se quedó en Éfeso por dos años predicando el evangelio de
Cristo. En el principio predicaba en las sinagogas de los judíos diciéndoles que
Jesús era el Cristo, el Ungido de Dios, Rey de Israel. Comprobaba esto con los
profetas del Antiguo Testamento. Cuando los judíos no le escuchaban más y
empezaban a hablar mal de Cristo, Pablo dejó de predicarles en la sinagoga, se
fue a una escuela a predicar allí todos los días. Su esfuerzo llegó a ser bien
conocido en Éfeso y hasta en los alrededores de la ciudad, que todos llegaron a
escuchar la palabra de Dios. Dios hacía milagros muy grandes por medio de Pablo,
a tal grado que se llevaban pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de
Pablo; y cuando los enfermos los tocaban quedaban sanos de sus enfermedades, los
espíritus malignos salían de ellos. Todas estas obras maravillosas atraían
multitudes y por medio del mensaje de Pablo la gente se convertía a Cristo. En
la ciudad algunos judíos que andaban de lugar en lugar, trataban de expulsar
espíritus malignos invocando el nombre del Señor Jesucristo diciendo: “¡En el
nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!” Un día, el
espíritu les replicó: “Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes
¿quiénes son?” Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu
maligno los dominó a todos.