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General: EL PASTOR Y LAS OVEJAS
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De: LEO-MARI (Mensaje original) |
Enviado: 28/11/2015 14:34 |
Un pastor tenía dos ovejas y estaba contento porque las dos habían parido y tenían unos hermosos y juguetones corderitos.
Durante la noche el pastor encerraba sus
dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa. Así se aseguraba
que lobos y zorros no las mataran.
En las horas del día las soltaba para que
fueran a pastar por los cerros. Y aquel día las soltó, como siempre y
dejó a los corderitos en el corral. Es muy riesgoso soltarlos tan
pequeños.
Las dos ovejas cruzaron el río caminando
sobre su firme lecho de piedras. Las aguas del río serrano eran poco
profundas y ellas lo cruzaban a diario. Pero al poco tiempo se desató un
temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial. Las aguas
descendieron de los cerros, se volcaron torrentosas en los pequeños
arroyos y llegar turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque
sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían, para
amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y vio que sería
imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin
exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la
orilla, esperando que las aguas bajaran, la otra se impacientó y comenzó
a lamentarse: "Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de
hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos". La compañera
trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda que ya vimos muchas
crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender, no nos pasará
nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones, la oveja
se arrojó al agua. El pastor la miraba impotente desde la orilla
opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la
vencieron y la arrastraron río abajo, el pastor y la compañera vieron
cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo
golpeaba contra todas las rocas salientes.
Al anochecer las aguas ya habían descendido
bastante, pastor y oveja se miraban desde las dos orillas, el pastor
que conocía bien los pasos menos riesgosos, entró al agua y lenta y
cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató una cuerda al cuello de
su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.
Los corderitos balaban en el corral, el
pastor hizo que los dos huerfanitos mamaran de la oveja sobreviviente,
que se constituyó en su madre adoptiva.
"Sin esperanza es imposible tener
paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa
es la que nace en situaciones más desesperantes. La impaciencia, con la
que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad
de alcanzarlo mañana."
Autor Desconocido
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TRISTE HISTORIA, PERO BUENA REFLEXION, COMADRITA LEO. GRACIAS POR COMPARTIR, PRECIOSA...
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De: finamex |
Enviado: 29/11/2015 01:33 |
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De: JuanJ |
Enviado: 29/11/2015 11:11 |
La impaciencia es la culpable de muchos problemas amiga Leonor..Gracias
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De: Monacha |
Enviado: 29/11/2015 11:57 |
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