No se trata de una obsesión, ni de un capricho: asegurarse que la
red inalámbrica de nuestra casa esté únicamente al alcance los
dispositivos autorizados para conectarse a ella puede ahorrarnos muchos
disgustos. Y algunos de ellos, serios. Un hacker que logre
acceder a nuestro wifi puede aprovechar la conexión para descargar
contenido ilegal, o bien directamente para levar a cabo ciberataques o
distribución de correo basura. Todas ellas actividades delictivas cuyo
único titular, a efectos de la justicia, sería el propietario de la
red. Por este motivo, merece la pena dedicar unos minutos a seguir una
serie de pasos para intentar blindar al máximo posible nuestro router:
ADVERTISEMENT
1. Evitar la configuración por defecto
Los routers salen de fábrica con una configuración
predeterminada, y aunque cada red tiene su propia contraseña, conviene
cambiar los parámetros para poner las cosas un poco más difíciles a los hackers.
La mayoría de los enrutadores vienen con instrucciones específicas
para cambiar las configuraciones por defecto y los fabricantes cada vez
están creando interfaces más sencillas de gestionar para que el
usuario no se vuelva loco. Pero si, pese a todo, no se es especialmente
habilidoso con los ordenadores, puede pedir al técnico que le cambie
los parámetros en el momento de la instalación de la red inalámbrica, o
bien contactar directamente con el operador que le ha proporcionado el
router para que le asista en este proceso. Pero no se trata
únicamente de modificar la contraseña de la red wifi, sino también de
blindar el acceso al propio router. En este sentido, el
analista de seguridad de Kaspersky Lab, Daniel Creus, propone además
"deshabilitar servicios de administración y gestión del router
para evitar que puedan accederse a ellos desde fuera de nuestra red".
Se trata, en definitiva, de modificar todos los parámetros de la
configuración estándar del dispositivo. En el caso de la contraseña,
este cambio, además de incrementar la seguridad de la red, hará más
fácil invitar a los amigos o familiares conectarse a ella.
2. Cortafuegos y contraseña sofisticada
Si hay una empresa que conoce al dedillo todos los recovecos de
Internet y no puede asistir en esta tarea, es sin duda Google. La firma
californiana añade una serie de consejos en su blog oficial, entre los que destaca la importancia de activar el firewall en el propio router
al entrar en la configuración. El gigante recuerda, por otro lado, que
la contraseña de la red inalámbrica debe ser lo más sofisticada
posible: hay que evitar combinaciones de caracteres numéricos y
alfabéticos en mayúsculas y minúsculas y no emplear la misma contraseña
que utilicemos para otros servicios en la red. Google sugiere que
debemos proteger la red wifi de la misma manera que protegemos nuestra
casa.
3. Apagar el 'router' en largas ausencias
El organismo estadounidense FCC (Federal Communications Commission) propone además
que se cambie el identificativo de la red o SSID. Incluso, mejor
todavía, hacerlo invisible. Pero si hay una forma definitiva de proteger
la red inalámbrica de manos ajenas es apagar el router. Sí, la FCC propone que desconectemos la red wifi cuando nos ausentemos del domicilio por vacaciones o fines de semana.
4. Controlar qué equipos se conectan a la red
Una de las primeras señales de alarma de una red hackeada es
el descenso de velocidad en la conexión. Es posible que un vecino o
cualquiera desde la calle haya logrado acceder a la red y esté ocupando
un buen ancho de banda en descargas. ¿Cómo saberlo? La manera más
sencilla es emplear aplicaciones como Fing.
Esta app gratuita para el móvil se conecta a nuestro router y detalla
uno a uno qué equipos están conectados en ese momento. En una primera
batida podremos identificarlos y si existe alguno del que no estemos
seguros, será una señal clara de un posible acceso no deseado a la red.
5. Usar 'hardware' para proteger la red
Si no queremos volvernos locos editando contraseñas y
configuraciones, siempre podemos recurrir a un gadget que blinda la red
Wifi de la casa y se asegura de forma activa que los equipos conectados
son todos conocidos y no hay ataques remotos. La firma israelí Dojo
Labs ha presentado un dispositivo que se encarga de vigilar que equipos
no autorizado se conecten a nuestra red, y nos alerta mediante una app
si se produce algún suceso sospechoso. El equipo aprende además de
nuestras costumbres y de esta manera es más efectivo a la hora de avisar
ante un peligro potencial. Esta capa de seguridad adicional se conecta
al router mediante Buetooth o cable.