Una alta ejecutiva muy seria y recatada se hospeda en un hotel
durante un viaje de trabajo, y al sentirse un poco 'SOLA' y con una
sensación de libertad que nunca había sentido, decidió llamar a una de esas
'empresas de acompañantes', que reparten propaganda a la salida
de los aeropuertos.
Si bien los servicios están pensados principalmente para hombres,
entre los papeles que tenía, encontró a uno que ofrecía literalmente
el servicio masculino y en especial le llamó la atención uno que se
llamaba 'Ferótico'.
Después de analizar con cuidado la fotografía, se decidió a llamarlo.
Con el folleto en sus manos - que temblaban y sudaban por la expectativa
- levantó el teléfono y marcó el número que indicaba el panfleto.
EL: -'¡Hola!', contestó un hombre con una sensual voz.
ELLA: - Hablo del hotel Libertador, habitación 421.
EL: - Si, si
ELLA: - Leí el folleto y veo que sabes de masajes y la verdad es
que necesito que vengas a mi habitación y me des uno urgente...
A decir verdad, necesito masajes relajantes, casi mimos...
No, espera, para que me hago pendeja, en realidad lo que quiero es sexo!
Tengo ganas de tener una larga sesión de sexo salvaje.
Quiero hacerlo en la cama, en el suelo, en el balcón,
en el pasillo, en la ducha. Quiero exhibirme, sentirme humillada,
estoy harta de ser reprimida. Pero yaaaa! Estoy hablando en serio,
deseo que dure toda la noche y estoy dispuesta a participar en
variadas y atípicas cosas... si algo tiene un nombre que puedas
pronunciar yo quiero hacerlo! Trae toda clase de implementos,
accesorios y juguetes para que te asegures que me mantendré
despierta toooda la noche! Quiero que me inmovilices y que me
llenes el cuerpo con lo que quieras, para después limpiárnoslo
uno al otro... con la lengua o lo que quieras ¿qué te parece?.
¿Qué te parece?
EL: - La verdad que suena fantástico, pero...
señora Rodriguez, para hacer llamadas externas primero
necesita marcar el 9...