INTERPRETANDO SEGUN CONVENGA.
Un día de lluvia torrencial un vecino corría presuroso buscando cobijo, cuando un hombre devoto le preguntó: -¿Por qué corres?
-Corro para no mojarme -contestó. -¿No sabes, desgraciado, que el agua de lluvia es una bendición divina? ¡Disfruta de ella! -le increpó el religioso. Impresionado, el vecino comenzó a caminar despacio, calándose hasta los huesos. Ocurrió que, otro día, el vecino vio al devoto corriendo bajo la lluvia. -¿Has olvidado ya que la lluvia es una bendición del Señor? -preguntó irónico.
-Precisamente por eso corro a fin de no pisar esta bendita agua -respondió mientras se perdía calle abajo.