Reconozco la esencia crística en mí y en los demás.
Estas palabras escritas por Richard y Mary-Alice Jafolla me recuerdan que comparto un vínculo divino con toda persona: “Existe un nivel en cada alma humana que no conoce conflicto, competencia ni ofensa, un nivel que sólo conoce paz, armonía y amor. De hecho, es en sí paz, armonía y amor, porque es nuestra esencia crística”.
Si se me hace difícil ver la conexión que comparto con los demás, determino mejorar la situación elevando mi conciencia. Disipo cualquier reacción negativa recordando el Cristo en mí y reconociéndolo en los demás. Más allá de la fachada externa de sentimientos heridos, temores y aprehensión se encuentra nuestra identidad crística. Verla en los demás hace que ellos también la aprecien en sí mismos.
Ciertamente de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.—Juan 1:16