La falta de tolerancia parece ser cada vez más común en el mundo. Los acontecimientos nos empujan en cada momento a la confrontación, a tener que elegir un bando, y por lo tanto, más y más lejos de la tolerancia.
Esa capacidad de pararnos frente a otro y aunque no estemos de acuerdo en ninguno de sus puntos poder verlo como válido, comprendiendo que su historia lo ha llevado hasta ese lugar, y que sus decisiones aunque distintas no son menos válidas.
Pero la tolerancia es una habilidad que poco entrenamos, de hecho más bien la vemos como una debilidad, como si ser tolerante fuese un símbolo de poca convicción o de hacer lo incorrecto.
Imagen: Aetos
Vivimos en una sociedad que justifica la falta de tolerancia
Sí, vivimos en una sociedad que justifica el ser intolerante desde convicciones de estar en lo correcto y con LA verdad, despreciando la de otros, y entonces llegar a la tolerancia pareciera ser algo tan lejano, pero podemos tomar la decisión de cambiar eso, porque el cambio que estamos esperando realmente llega después de traspasar la barrera donde incluimos el resto de las visiones del mundo, no donde las seguimos separando.
Así la práctica de la tolerancia se vuelve fundamental, desde el aprender a dejar de temerle a lo distinto y lo desconocido porque ahí está el primer paso.
Aquí te dejo con algunas preguntas para que reconozcas si vas camino a la tolerancia o no:
1) ¿Rechazas algo simplemente porque es distinto? Entonces no vas en el camino de la tolerancia.
2) ¿Al escuchar las ideas de otra persona las descalificas rápidamente con adjetivos ridiculizadores? Entonces no vas camino a la tolerancia.
3) ¿Te molestas que quienes piensan distinto que tú tengan tribuna para dar su opinión? Entonces no vas camino a la tolerancia.
4) ¿Crees que sólo tu verdad es importante y que todos deberían creer, pensar y/o sentir lo mismo que tú? Entonces no vas camino a la tolerancia.
Llegar a ser verdaderamente tolerantes no es fácil, porque incluye el ser tolerante con el intolerante; debes ser capaz de ver, y aceptar que su punto de vista es tan válido como el tuyo.
Incluso podríamos ir más allá y no sólo aceptarlo, sino que además reconocer que es probable que esa personas que nos parece tan distinta y alejada de nosotros tenga una pieza del rompecabezas que me sirve a mí como persona y al todo de la sociedad.
Por último la invitación es a practicar: la tolerancia es una habilidad que lograremos construir con práctica todos los días y en todas las situaciones.