Ayer cuando observé esta imagen me encantó. Y sentí la capacidad de transformación y el ciclo perfecto de la vida.
Algunas veces nos pasan cosas que nos sacan de la zona conocida, como si la tierra estuviera removiéndose bajo nuestros pies.
Este terremoto interior, es tanto necesario como tremendamente importante. Si lo permitimos, uno emerge de los escombros más fuerte y más preparado para nuevas experiencias.
Lo hermoso es tratar de observar estas
crisis con desapego, casi como si estuviera sucediéndole a otra persona. De esta forma soltamos la identificación...
Después del fuego, la tierra se regenera.
Después de la tormenta, el aire es claro.
Después de la fría noche, el sol
siempre sale, ilumina y calienta.
Acepta. Todo tiene su ciclo.