Este es un salmo que habla directamente a los temores de cada persona y su necesidad de protección y seguridad. Está claro que la protección de Dios a los que se acercan a Él estaba centrada fundamentalmente en la mente del autor. En el Salmo 91:1-2, encontramos una descripción de un lugar especial para abrigo y refugio.
En el primer verso, la imagen visual es de uno que está resguardado en el lugar más seguro de Dios, su sombra y así protegidos por Su presencia.Tenemos que centrarnos en el que “habita” o vive en el lugar secreto de Dios, estos serán aquellos protegidos por su presencia omnipotente. No es quien pretende vivir en la presencia de Dios que será protegido, pero el que realmente vive allí. La enseñanza clara de todo esto es que para lo creyente apropiarse de las promesas de Dios debe vivir en comunión perfecta con Dios, nunca actúando en la voluntad propia, pero haciendo sólo lo que Dios dirige en su Palabra. Debe estar totalmente consagrado al servicio de Dios y totalmente rendido a la autoridad de Jesús.
El versículo dos nos dice que tenemos que confiar y reconocerlo como nuestro refugio y fortaleza. No debemos confiar en nuestras propias fuerzas y el intelecto para que nos salve del peligro. Tenemos que reconocer adonde nuestra protección real se encuentra. Esto implica la fe. Hebrews 11:6 dice, “Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a los que le buscan.”
3 Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas,
Aquí el salmista quiere que nos hace conscientes de que Dios nos salvará de ser atrapados o enredados por un enemigo, visible o invisible (Satanás y sus ángeles caídos). Dios también nos va a salvar de la “peste destructora”. Pestilencia se refiere a plagas mortales, terrible enfermedad, epidemias, etc. Podemos estar seguros de que cuando vivimos en el lugar secreto de Dios, Él nos librará de nuestros enemigos, visibles o invisibles.
4 pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
Dios cubre y protege a aquellos que son suyos. Una vez más, el autor usa el lenguaje figurado para describir el amor de Dios, la fidelidad y la protección divina para aquellos que confían en Él.
En estos versículos el escritor cambia su enfoque para el beneficiario. El creyente será sin temor, porque él está viviendo en el santuario interno del Dios Omnipotente. El terror de hoy puede ser la amenaza desconocida del terrorista o las armas de destrucción que ellos sueltan. Sea cual sea la amenaza, ellos no pueden penetrar la defensa del Todopoderoso. Pestilencia y plagas en la definición de hoy en día podría ser como el ántrax, el sida, el ébola, la viruela y otros. Sin embargo en el verso 7 vemos que aunque los miles puedan caerse en nuestro lado, aquellos en el cuidado de Dios permanecerán intocados.
8 No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.
El segundo resultado es que sólo observaremos el castigo de Dios del malo, no lo experimentaremos. Hemos de estar profundamente agradecidos por la gracia de Dios y su misericordia indescriptible.
Lo que aprendemos del Salmo 91:3-8 es que Dios protege aquellos que son suyos. Él no permitirá ningún peligro o amenaza a su vida, excepto los que se filtra a través de Su mano soberana. Pero en cuanto a la enfermedad final del pecado, los que creen están eternamente liberado de su final inevitable. No hay muerte en el lugar secreto del Altísimo. Sí, hay amenazas de muerte que nos enfrentamos todos los días. Sin embargo, estas sólo pueden destruir nuestros cuerpos mortales. La muerte física del creyente es simplemente una puerta abierta a la vida eterna en la presencia de Dios.