En las playas de Cancún, cuyo mar de mil colores y su Sol hacen la delicia de los turistas en verano, se encontraba un pequeño restaurante.
Zita trabajaba como mesera. Aún era temprano y los primeros destellos de la mañana comenzaban a mostrarse. Pronto llegarían los primeros clientes, por lo que se apuraba a barrer.
Su patrón la notaba triste “¿Qué tienes Zita?”.
“Nada” respondió ella.
Después de seguir insistiendo, Zita le dijo la verdad:
“He encontrado el amor de mi vida, un chico que vive en Argentina. Los dos nos amamos, pero sabemos que por la distancia no será fácil nuestro amor. Esperamos con ansia el día en el cual podamos conocernos. Lo conocí en el chat y nos hemos visto por la webcam”.
“¿Cuántos años tiene?” le preguntó el patrón.
“Los dos tenemos 17” respondió Zita. “Pero sabemos que el amor verdadero lo supera todo y hemos jurado amarnos eternamente. Yo he visto programas en t.v. en el que personas que se conocen por años por internet se conocen y se casan ¿Por qué nosotros no?”.
Su patrón sonrió: “¿Y qué están haciendo al respecto, aparte de suspirar por la pantalla?”
“No entiendo” respondió Zita.
“Cuando estás comprometida en algo, se ve cuando actúas. Si tú no estás haciendo NADA para conocerlo y él tampoco, lo más seguro es que se queden como están ¿Están juntando dinero para viajar? ¿Quién lo hará de los dos? ¿Estarías dispuesta a irte a vivir con él a su país? ¿El te puede mantener?” le dijo el patrón.
Zita se quedó por un instante sin habla y pensativa: “No había pensado en eso”.
Su patrón continuó: “De la t.v., tienes que entender que tienen equipos completos de investigadores, buscando lo EXCEPCIONAL: el hombre más viejo del mundo, los siameses, la señora que dios a luz a sextillizos, son personas que aparecen en la t.v. porque son excepcionales. Los investigadores buscan la aguja en el pajar, por eso, las probabilidades de que tú seas una de esas chicas que se casan con su cyber-amor, son muy escasas”.
Y su patrón, guardó una pausa, para después afirmar…
“El amor a distancia es como un ventilador”.
Zita se quedó con cara de interrogación “¿Qué tiene que ver un ventilador con el amor a distancia?”
Su patrón, acto seguido, se dirigió al ventilador del restaurante que se hallaba prendido y le jaló el cable. Lo desconectó. “Ahora, observa lo que sucede Zita”.
El ventilador comenzó a perder fuerza y las hélices comenzaron a girar más lentamente cada vez. Y en unos segundos más, se quedó quieto por completo.
Su patrón le explicó “cuando conoces a alguien por primera vez en internet, es como si prendieras el ventilador del amor y el enamoramiento que sienten ambos al principio, le da movimiento a las hélices”.
Prosiguió: “pero después de tratar a alguien por internet, tienes que dar el siguiente paso RAPIDO, es decir, tienes que conocer en persona al rostro que hay atrás de la pantalla. Y seguirse viendo. Si no tomas ese paso crucial, ese impulso inicial se habrá terminado. Y será como si hubieras desconectado el ventilador. El amor se ira acabando poco a poco. Cada vez las comunicaciones serán más distanciadas, hasta que dejen de escribirse.”
Zita se puso triste: “Creó que usted tiene razón, pero siento que lo amo”.
“Tranquila” le dijo de forma afectuosa su patrón “Cuando tuve tu edad, me pasaron cosas parecidas. Viajé y conocí a una chica que me gustó, al principio nos escribíamos mucho, para después dejarnos de escribir. Yo pensaba, como tú, que a mi no me pasaría. Que mi amor no acabaría. Pero se acabó. En mi época no existía el email, todo era por correo. Y en la de mi abuelito, con puras palomas mensajeras”.
Ambos estallaron en una carcajada.
“No olvides que en la adolescencia, los enamoramientos son tan comunes como los resfriados en invierno. En el momento menos pensado, vas a encontrar a alguien que te haga sentir maripositas en el estómago y te haga olvidar ese amor a distancia”.
El amor a distancia es una de las cosas más hermosas de la adolescencia. Te hace soñar y eres feliz con tus ilusiones. Casi nunca estos enamoramientos tienen éxito, por lo que disfrútalos como un regalo de la adolescencia. No hay nada más emocionante que el amor adolescente, sobre todo si es a distancia. Pero sabes que va a acabar. Disfrútalo mientras dure. Con el pasar de los años, lo recordarás con cariño y te reirás de ti mismo.