He leído y he comentado, hoy, con un joven portugués que hace ya algunos
años llegó hasta aquí, que hasta Vitoria vino a trabajar y a 'ganarse' la vi-
da, con la loable y muy digna intención de 'prosperar' y mejorar su existen-
cia y condiciones del diario vivir, que hasta los 40 (cuarenta) grados ascen-
dió ayer la temperatura en Lisboa. Esto, esta noticia, este dato es cosa que
casi se me hace a mí increible. He estado tres veces en Lisboa, y en las tres
veces el tiempo atmosférico fue sumamente agradable, que recuerde yo.
Dije, escribí un día que Portugal, Estado que por el oeste limita con España, es
un país mucho más bonito, de formas mucho más hermosas y bellas, de paisajes
y lugares menos broncos, más dulces y más suaves en general y por lo general, es
decir, si hacemos un análisis global en el que consideremos las superficies, relieves
y horizontes de uno y otro país. Las amplísimas y extensísimas áreas secas, áridas,
de escasas precipitaciones y de exiguas lluvias que hay en España no existen en Por-
tugal. Portugal es un país más, notablemente más verde, más hermoso, más lindo que
España.