Pequeñas mejoras
Las pequeñas mejoras importan, porque pueden acumularse unas sobre otras hasta convertirse en mejoras enormes. Sumando apenas un uno por ciento a tus esfuerzos cada día, día tras día, en tan sólo setenta días tu efectividad se habrá duplicado.
Esas pequeñas mejoras son fáciles de hacer, y pueden generar una diferencia tan grande. La clave está en seguir llevándolas a cabo, seguir mejorando sobre las mejoras.
¿Te sientes frustrado porque no eres tan efectivo como querrías? Puedes empezar a cambiarlo ahora mismo, terminando así con esa frustración.
Acepta que no puedes alcanzar instantáneamente la máxima efectividad. Sin embargo, de manera absolutamente realista podrías concretar una mejora, simple y pequeña, tras otra.
No te preocupes por cómo podrías llegar a estar muchísimo mejor. Tan sólo descubre una manera, ahora mismo, de estar apenas un poquito mejor.
Lleva a cabo una mejora pequeñita, fácilmente accesible, y luego lleva a cabo otra, y otra más. Rápidamente, estarás muchísimo más adelante en ese camino de lo que jamás podrías haber imaginado.
— Gabriel Sandler