Por el momento no existe un tratamiento para la infección del SARS CoV-2, por lo que la vacunación es fundamental para prevenir la propagación y proteger a la población de mayor riesgo. Se deben conseguir tasas de vacunación del 80 – 85 % en la población para que el virus ya no pueda circular, es lo que se denomina inmunidad de grupo o de rebaño. El principal riesgo de la vacunación son aquellos individuos que no quieren vacunarse, parte de estos individuos cuestionan la velocidad en la que se desarrollaron las vacunas, hay que considerar que el desarrollo de estas vacunas es el esfuerzo más grande de la historia entre universidades, farmacéuticas e investigadores de todo el mundo trabajando en conjunto y que la velocidad de desarrollo no compromete su seguridad, ni su calidad.
Vacunarse es un acto de solidaridad y responsabilidad para resolver un problema global, la única manera de controlar esta pandemia es vacunando a toda la población, de otra manera seguirán apareciendo nuevas cepas y permaneceremos en estado de alarma indefinidamente.
No se debe prestar atención a la campaña mal intencionada de desinformación que ha circulado mundialmente alrededor de las vacunas, estas vacunas, como todas las que ya se utilizan en el mundo, pueden tener algunos efectos adversos, pero como se comentó al inicio, son muchas más las vidas que se salvan.