Por Silvia Pisani | LA NACION
Sábado 27 de agosto de 2011 | Publicado en edición impresa
WASHINGTON.- Con un nerviosismo desconocido, la costa este norteamericana escudriñará hoy el cielo a la espera del huracán Irene, un monstruo tan grande como el estado de Texas y con vientos de hasta 200 kilómetros por hora, cuyo potencial destructivo obligó a inéditas evacuaciones de prevención en varias ciudades de la zona, incluida Nueva York.
'Yo les pido a quienes recibieron la orden de evacuación que actúen ya mismo; que no esperen ni se demoren, porque estamos frente a lo que puede ser una tormenta histórica', urgió ayer Barack Obama.
El presidente hizo así un serio llamado a una población que, desacostumbrada a este tipo de fenómenos más propios de la zona del Golfo de México, vacila entre tomarse en serio las recomendaciones o rechazarlas, convencida de que son fruto de una visión extremista del asunto.
Pese a que el recorrido puede modificarse, anoche se esperaba que Irene tocara la costa este de este país hacia el mediodía de hoy, aunque sus efectos ya se sentían a la altura de la histórica ciudad de Wilmington, en Carolina del Norte.
La proyección es que su recorrido se prolongará por más de 800 kilómetros de costa, hasta Boston o, incluso, un poco más al Norte. Hasta 65 millones de personas, incluidos los habitantes de esta capital, podrían verse afectadas.
Se prevén cortes de energía, de agua, de sistemas de comunicación y de transporte, así como inundaciones y pérdidas por millones de dólares, sobre todo, en propiedades situadas en la zona costera. El eje que une esta capital con Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Boston está especialmente en riesgo.
'Tenemos que estar preparados para lo peor', dijo Obama, que, por la tormenta, decidió anticipar su regreso de vacaciones, originalmente previsto para hoy. 'También debemos esperar lo mejor', añadió, con la esperanza de que la tormenta no sea tan fuerte como se teme.
En la tarde de ayer, ver televisión en este país era asomarse a una película de terror: los meteorólogos hablaban del 'poder destructor del monstruo que se aproxima' mientras se hacían coberturas con los 'aprestos especiales' en hospitales y centros de salud. Algunos sectores de esta capital parecen preparase para una guerra: se distribuyeron bolsas de arena para bloquear el paso del agua y se habilitaron varios centros de evacuación.
Cientos de vuelos fueron cancelados y, en una medida inédita, se espera la paralización del sistema de subterráneos en varias ciudades, incluida ésta y Nueva York.
'Uno de los riesgos que enfrentamos es la voladura de viviendas, así como su anegamiento, sobre todo, en las zonas bajas cercanas a la costa', dijeron autoridades de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias.
Evacuación
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ordenó el desalojo de diversas zonas bajas en Brooklyn, Staten Island y Manhattan, algo que podría afectar a 250.000 residentes. 'Nunca hemos realizado una evacuación obligatoria antes y no la haríamos si no pensáramos que esta tormenta tiene el potencial de ser muy grave', explicó Bloomberg. Por orden del gobernador, Andrew Cuomo, el estado neoyorquino se disponía, además, a cerrar hoy todo su sistema de transporte (ver aparte).
Con el correr de las horas, la psicosis aumentó. Millones de personas irrumpieron en los supermercados y arrasaron con las existencias que se acostumbra acumular en estos casos: agua envasada, pilas y comida no perecedera. También se recomienda tener dinero en efectivo (es posible que los cajeros automáticos dejen de funcionar), el tanque de combustible del auto lleno y no salir sin un teléfono celular con la batería cargada.
Irene, el primer huracán de la temporada, se desplazaba anoche a más de 20 kilómetros por hora, con ráfagas de hasta 200 kilómetros, según el Centro Nacional de Huracanes. La NASA estima que el diámetro del huracán es de unos 800 kilómetros.
HASTA AHORA, UN VUELO CANCELADO EN EZEIZA
El paso del huracán Irene por la costa este de los Estados Unidos provocó la cancelación del único avión que ayer partía desde el aeropuerto de Ezeiza hacia Nueva York; se trató del vuelo de American Airlines 956, de las 20.15. El resto de las salidas hacia Estados Unidos operaron normalmente. Las aerolíneas que viajan a ese país solicitaron que los pasajeros chequeen las partidas de hoy en la página de las empresas. También se puede consultar en www.aa2000.com.ar/partidas.
® LA NACION
|