Rumi
Yalal ud Rumi, gran poeta místico del Islam es una de las luminarias más ilustres de la espiritualidad universal. Entre sus seguidores fue conocido como “Mawlana” (nuestro maestro) y considerado como uno de los grandes del sufismo.
Dejó para su posteridad una metodología que se sustenta en la música, el canto y la danza. Su escuela fue perseguida por las autoridades turcas alrededor de los años veinte del siglo pasado y estuvo a punto de ser aniquilada, junto a otras asociaciones sufíes.
Rumi nació el 30 de septiembre de 1207 en la ciudad de Balj, cuna de otras personalidades entre los que encontramos a Zoroastro. Esta ciudad se encuentra en los límites de la provincia de Bactria, hoy Afganistán. La familia de Rumi tuvo que abandonar su ciudad natal y trasladarse a Bagdad donde conoció a grandes místicos entre los que se encuentra el murciano Ibn Arabi, quien dijo de él: “Ahí va un océano siguiendo a un riachuelo”.
Con diecinueve años Rumi contrae matrimonio y tiene dos hijos, viven para ese entonces en Laranda, una pequeña ciudad Armenia. A la muerte de su padre Rumi pasa a ocupar diversos cargos religiosos y jurídicos en los que sobresale con mucho éxito, cosa que no impresionará el espíritu del místico que se siente ahogado con los asuntos oficiales y busca el crecimiento espiritual, casi sin saberlo deseaba la unión final con la divinidad que no es otra cosa que el Amor con mayúsculas. Su inquietud mística lo lleva a conocer maestros del sufismo y orientar su vida al auto conocimiento.
Rumi fue conocido por los persas como el “ruiseñor de la vida contemplativa” Empieza a registrar cuanto poemas brotan de sus labios encendidos por la llama del amor a la divinidad. Muy pronto, el Masnawi, tendrá cerca de veinticinco mil versos contenidos en un total de seis volúmenes. En ellos se recogen las experiencias trascendentales y se dispone el camino sufí en donde sonrisa y plegaria van aunados. Pero Rumi no se aparta del mundo, vive en él, pero sin dejarse arrollar por la vorágine ilusoria. La actitud contemplativa de Rumi, no rehuye el compromiso social.
Para finalizar, transcribiré uno de sus escritos que preconizan la unidad:
“En las adoraciones y bendiciones de los hombres rectosLas alabanzas de todos los profetas están amasadas juntas.Todas sus alabanzas se mezclan en una corriente,Todos los vasos se vacían en una sola jarra. Pues Él, alabado es, de hecho es solamente Uno, En este sentido todas las religiones son sólo una religión. Porque todas las alabanzas están dirigidas hacia la luz de Allh, Sus numerosas formas y figuras están tomadas de ella. Los hombres nunca dirigen sus alabanzas sino al Ser considerado digno,Se equivocan a través de opiniones erróneas sobre Él.
Así, cuando una luz cae sobre un muro, Ese muro es un eslabón en conexión entre todos sus rayos; Sin embargo, cuando arroja ese reflejo de nuevo a su fuente, Erróneamente muestra lo grande como pequeño, y detiene sus alabanzas.
O si la luna se refleja en un pozo, Y alguien está pretendiendo alabar la luna, Aunque, por ignorancia, mira dentro del pozo. El objeto de sus alabanzas es la luna, no su reflejo; Su infidelidad surge del error de las circunstancias. Ese hombre bien intencionado está equivocado en su error; La luna está en el cielo, y él la supone en el pozo. Por estos falsos ídolos la humanidad está perpleja, Y conducida por vanas codicias a su dolor.
Todas las religiones son en sustancia una y la misma”.
Mawlana Jalalu-Din rumi