Pensamiento del viernes 27 de enero de 2012.
"Poniéndonos al servicio del Señor, participamos en su misma vida; y la vida divina es la luz, la paz, la fuerza, el amor, la alegría y la libertad. Sí, contrariamente al servidor de los hombres, el servidor de Dios se vuelve cada vez más libre y también más rico. Pero a condición de que sea a Dios a quien sirve. No ponerse al servicio de gente que lo explote, es insuficiente para decirse servidor de Dios. ¡Cuántos por su ignorancia, sirven a un maestro o incluso a varios! Y estos maestros ¿quiénes son? Sus apetitos, sus codicias, sus ambiciones… No se dan cuenta, pero es ahí donde verdaderamente se están atando y empobreciendo. Sólo puede llegar a ser servidor de Dios aquel que sabe cómo utilizar sus energías, sus facultades y con qué finalidad. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov |