JABAMIAH : Verbo que produce todas las cosas. En el Principio, Elohim, El-Los-Dioses, el Ser de Seres, había creado en principio lo que constituye la existencia de los cielos y de la tierra.
JABAMIAH : señor que produces todas las cosas, haz de mí el receptáculo vivo y consciente de tu verbo. Lléname, JABAMIAH, de tu presencia; de suerte que cuando el mundo me llame a la acción, sea tu fuerza la que actúe, tu voz la que ordene, tu divino genio el que construya. Regenera en mí, Señor JABAMIAH, todo lo que no sea conforme a la ley divina y guárdame, Señor, de la vanidad de pensar que mis obras son mías y no tuyas. Permite, JABAMIAH, que las circunstancias sean propicias a la expresión de tu verbo, y pon ante mí las personas adecuadas para que tu semilla fructifique en ellas. Y si mi trabajo es grato a tus ojos, llévame, Señor, ante el trono de Dios.
JABAMIAH exhorta :
Dios me ha reservado este espacio para que antes de finalizar la dura jornada, aquellos que lo desean y anhelen puedan recuperar su perdida dignidad. En mí has de encontrar, peregrino, tu baño de pureza. Mis aguas dejan de ser amargas para los que deciden beberlas, y quiero que tú seas en la tierra el proclamador de las maravillas que yo represento. Quiero que tú seas el ejemplo vivo de mis poderes, que seas esa materia corrupta que a los ojos de todos se limpió, y que seas después el constructor del templo externo de la verdad. Quiero que dejes señal de mí en la piedra, que me levantes monumentos, para que les sea fácil a los hombres encontrarme, y que me instituyas igualmente en la sociedad. Que todos sepan, a través de ti, que aunque los miembros de los cuerpos estén rotos y sus funciones desordenadas, basta con que invoquen mi fuerza para que el cuerpo recupere su primitiva integridad y el alma quede limpia de larvas. Si testimonias de mí, peregrino, tu nombre quedará inscrito en los registros de la inmortalidad.
|