Plegaria
VEHUIAH : Dios elevado y exaltado por encima de todas las cosas.
Pero tú, ¡oh Eterno! Eres mi coraza. Tú eres mi gloria y levantas mi cabeza.
VEHUIAH : Haz que fermenten en mi tus virtudes,
Haz que sea el abanderado, el primero, el héroe,
el que por tu gracia conduce los hombres más allá de lo humano.
Haz que hierva en mi la superabundante energía
con la que se realizan los milagros.
Libérame, Señor, de la turbulencia y de la cólera,
permitiéndome encontrar, en el exterior,
el adecuado receptáculo para tu simiente.
Comunícame tu sagacidad, tu sutilidad,
para que pueda llegar hasta mis oídos la Voz Divina,
y para que pueda contemplar con mis ojos
la sublime imagen del Padre.
¡Oh VEHUIAH!, sé tú el forjador, yo seré el yunque;
sé tú el soplador, yo seré el cristal;
sé tú el alquimista, yo seré el crisol,
el fuego de tu fuego, la luz de tu luz,
la llama permanentemente viva para que mis hermanos de generación
vislumbren el camino.
VEHUIAH Exhorta
El tiempo de la fermentación ha llegado :
el jugo de la viña fermenta bajo los rayos del Sol,
el Agua bulle bajo la acción del Fuego,
el hierro enrojece al soplo de la llama.
¿Y tú? ¿Cómo te comportas en el Sol, en el Fuego y en la llama?
Hay una vida dentro de tu vida,
un nuevo estado de ser dentro de tu presente estado de ser,
una luz roja en tu frialdad metálica.
El Padre es el Sol, es el Fuego y es la llama,
es la fuerza transformadora universal,
es el que sacará de ti la fertilidad,
arrancándote de tu muerte aparente,
para crear en ti y a través de ti en los demás,
el potencial de lo eterno.
Ven a la Religión del Padre y comprenderás
los misterios que la fe te ocultaba.
Comprenderás para qué sirven el amor, los sufrimientos,
las plegarias y la cadena de las encarnaciones.
Comprenderás porqué es necesario el fracaso
y porque es útil la victoria.
El Padre hará de ti
un colaborador consciente de su Obra.
La Religión del Padre te abre ahora sus puertas
para que se produzca en ti la expansión de la conciencia
que en tu peregrinaje humano has estado buscando.