Pensamiento del miércoles 18 de abril de 2012.
"Cualquiera que sea su interés de estudio, el intelecto, para hacer sus observaciones, debe inmovilizarlo, y algunas veces incluso matarlo con el fin de disecarlo. Si la ciencia renuncia a menudo al estudio de lo que está vivo para concentrarse sólo en lo que está paralizado, muerto, es porque lo que está vivo se mueve, varía sin cesar y el intelecto no puede alcanzarlo. No es pues de extrañar que el mundo espiritual y el mundo divino, que están en perpetuo movimiento y animados por las vibraciones de la más alta intensidad, escapen de las investigaciones de los sabios. Para ser más precisos, los «científicos», los investigadores se han quedado en la observación de la materia física, sin darse cuenta que de esta forma se han ido limitando y limitado a todos aquellos que han producido su influencia y seguido su ejemplo. Pues bien, este ejemplo es catastrófico, porque impulsa a los humanos a fijarse solamente en el aspecto más material, el más superficial de las cosas, en lugar de interesarse por todo aquello que es sutil, vivo, vibrante: el mundo del espíritu. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov |