Plegaria :
HAHEUIAH : Dios bueno por sí mismo.
El ojo del Eterno está sobre quienes esperan de su bondad.
HAHEUIAH : Señor, tómame bajo tu custodia,
sé mi instructor, sé mi guía,
porque sin ti todo se confabulará para extraviarme en mi camino.
Me has construido de tal modo, Señor,
que no puedo sino perderme en el dédalo de mis sueños,
y para petrificar esos sueños humanos,
puedo atentar contra los seres y contra las leyes de la vida.
¡Tómame bajo tu custodia, Señor : sé mi instructor y mi guía!
Si te pido protección, no es para que me evites el castigo
que mis acciones puedan merecer,
sino para que me conduzcas sin sobresaltos
a esa mansión donde la luz es una fuerza estabilizada
que puede captar la mente.
Desde allí comprenderé el mundo, me comprenderé a mi y a ti
y entonces podré ser una piedra angular de tu Obra.
¡Tómame bajo tu custodia, Señor : sé mi instructor y mi guía!