Plegaria
HAAIAH : Dios Oculto.
Te invoco con todo mi corazón. Escúchame, Eterno, a fin de que guarde tus estatutos.
HAAIAH : Permíteme, Señor, ser en la Tierra
el depositario de tu Luz,
el digno portador de tu Verbo,
y si me son concedidos poderes
para arbitrar conflictos entre pueblos,
ayúdame para que pueda aportar soluciones
dentro de una perspectiva cósmica,
pensando en el bien de las gentes
y en la armonía con que todo debe encadenarse
en tu universo.
Despierta en mí la inquietud por lo trascendente,
a fin de que con tu luz almacenada
pueda ser tu embajador, tu plenipotenciario,
aquel que desde la columna del centro
aporta equilibrio a los que viven gozosos a tu derecha
y a los que se han perdido en el camino de la izquierda.
Entre el Bien y el Mal, permíteme ser el hombre justo.