Pensamiento del martes 4 de septiembre de 2012. "Hacer la voluntad de Dios, no es solamente obedecer a una autoridad superior, es también realizar un acto mágico. Sí, porque en el momento en el que os ponéis al servicio del Señor, todo vuestro ser está ocupado, reservado, cerrado a otras influencias. De este modo, todas las voluntades contrarias que se esfuerzan en seducirle para servirse de él no pueden hacerlo: está comprometido en otra parte. Aquel que declara que no tiene nada que hacer con la voluntad de Dios se cree libre, pero se equivoca: como está abierto a todos los vientos, las voluntades de una multitud de criaturas visibles o invisibles, de humanos, pero también de elementales, de larvas, etc. empiezan a infiltrarse en él para utilizarlo. Aquel que no está ocupado por el Señor puede estar seguro que otros lo ocuparán, y acabará poniéndose al servicio de todas las voluntades más anárquicas y más perversas. ¿Acaso es esto preferible?" Omraam Mikhaël Aïvanhov |