Si sientes que dentro de ti habita un muro de
interrogantes,
tristezas, soledades... no te quedes arrinconado
detrás de él.
No huyas de tu propia realidad.
Con frecuencia no sabemos los planes de Dios,
pero las cosas no suceden al azar.
Plántale cara a aquello que te divide,
asómate por encima para ver lo bello que hay al otro
lado.
Acepta lo que vive dentro de ti y asúmelo como
parte de tu ser.
Aunque no lo entiendas o no lo veas Dios está en ti,
te habita siempre, pero sobre todo en los momentos
más dolorosos e incomprensibles.
Si pretendes que se te presente la situación ideal, el
trabajo ideal o la oportunidad para el negocio ideal,
te quedarás esperando durante un tiempo
terriblemente largo por algo que, en realidad, no
vale la pena esperar tanto. Lejos de añorar la
situación ideal, ponte a trabajar con lo que tienes a
tu alcance aquí y ahora. Mientras los demás
esperan por algo que probablemente nunca
tendrán, tú puedes ir avanzando aprovechando
aquello que ya tienes a tu disposición.
Los mejores recursos son aquellos que puedes
utilizar con efectividad para perseguir tus metas y
tus sueños. Y puedes utilizar aquellos que tienes.
Aunque lo que tengas pueda estar lejos de ser el
ideal, es justo lo que necesitas para avanzar.
Aprovecha lo que tienes, y estarás avanzando con
firmeza en dirección a lo que deseas, sea lo que
fuere.
La carrera no se gana en la línea de partida. Aunque
contar con algunas ventajas puede ayudar, lo que
realmente importa no es lo que se tiene sino lo que
se hace con ello.
Cuando sientas que no tienes más fuerzas, es cuando más
debes luchar para alcanzar tu meta.