Pensamiento del jueves 25 de abril de 2013.
"De vez en cuando alguien se me acerca para quejarse: «Nos aconseja asistir a la salida del sol. Nos dice que, a través del sol físico, el sol espiritual hace crecer los gérmenes divinos que el Creador ha depositado en nosotros. Pero hace veinte años que voy a ver la salida del sol, y no noto muchos cambios.» Pero veinte años, ¡es muy poco! Algunas semillas necesitan siglos, e incluso milenios antes de que den frutos. En astrología, los planetas como Mercurio, Venus, la Luna, teniendo una revolución rápida, su influencia es breve, superficial. Mientras que Júpiter, Saturno, Urano, Plutón, tienen una revolución más lenta y por ello su influencia es más decisiva, más profunda. Hay pues ciertas cosas que podéis obtener rápidamente: en pocos años, por ejemplo, podéis tener una profesión, una casa, una mujer, niños. Pero aprender la sabiduría, el amor, la paciencia, el dominio de sí mismo, requiere mucho tiempo, porque estas cualidades, como los planetas lentos, tienen «órbitas» muy amplias. Es por eso que debéis continuar calendándoos durante mucho tiempo con los rayos del sol: todos los gérmenes divinos acabarán por crecer. No dudéis nunca de la eficacia del sol para vuestra vida espiritual. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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