Pensamiento del lunes 19 de agosto de 2013.
"Cuando os dirigís al Cielo
para que os ayude, para que os sostenga, es como si le pidieseis que os abra
un crédito. Pero el Cielo sólo da crédito a aquéllos que se lo merecen.
Cuando ve a un ser que está haciendo esfuerzos sinceros y desinteresados,
a un ser que emplea su tiempo y sus energías para servirle y para servir a
los demás, no puede negarle su crédito y vierte sobre él sus bendiciones.
Mientras que aquél que se sirve de los dones que ha recibido del Cielo
únicamente para su provecho, o incluso para hacer el mal, ve cómo le
cortan el crédito: el Cielo ya no le da nada. Todas las tradiciones
espiritualistas insisten en este punto: los humanos deben hacer un buen uso
de los dones, de las cualidades, de las riquezas que han recibido, porque, si
no, ya no recibirán nada del Cielo, e incluso, tarde o temprano, les será
retirado lo que tienen. Y poco importa si han sido personajes
brillantes en otra vida, o incluso en ésta: van a encontrarse pobres
y desnudos."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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