Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Arcoiris de Esperanza
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 
 
  Herramientas
 
General: EL VIAJE A ORIENTE (5)
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Evaristo  (Mensaje original) Enviado: 05/10/2013 23:05

EL VIAJE A ORIENTE

 Lucis Hermann Hesse

Continuación... (5)

 

Poco hacía que cruzábamos Suabia (1), cuando sentimos un poder en el cual no habíamos pensado y cuya influencia, sin saber si nos era favorable u hostil, experimentamos por algún tiempo. Era la de los Guardias de la Coronaque cuidan desde siglos atrás en este país la memoria y la herencia de los Hohenstaufen (2). Ignoro si nuestros Jefes sabían algo más y tenían instrucciones. Sólo sé que los Guardias en varias oportunidades nos estimularon o nos proporcionaron informes como, por ejemplo, en aquella colina cerca del camino a Bopfingen, donde un viejo armado nos detuvo, sacudió su cabeza gris, de ojos muertos, y desapareció enseguida sin dejar rastro. Nuestros Jefes recibieron este aviso, dimos media vuelta y no pasamos por Bopfingen. Lo contrario aconteció en la región de Urach, cuando un mensajero de los Guardias de la Corona, al que pudo creérsele surgido del suelo, apareció de repente en la tienda de los Jefes e intentó con promesas y amenazas, persuadirlo a poner nuestra cruzada al servicio de los Staufer y preparar evidentemente la conquista de Sicilia. Como los Jefes se rehusasen en absoluto a tal servidumbre, habría proferido contra la Orden y nuestro viaje una terrible maldición. Pero no refiero sino lo que se murmuró al respecto, pues los Jefes nada dijeron. Sin embargo, no es imposible que nuestras imprecisas relaciones con los Guardias de la Corona dieran entonces y por algún tiempo a nuestra Orden, la injusta reputación de ser una organización secreta para restablecer la monarquía.

 

Un día debí ver también a uno de mis camaradas renegar de su palabra, pisotear su juramento y recaer en la incredulidad (3). Era un joven a quien tenía mucha simpatía. El motivo personal que le llevó con nosotros hacia Oriente, fue su deseo de ver la tumba del profeta Mahoma, quien, había oído decir, se elevaba en el espacio por arte de magia (4). En una de aquellas poblaciones suabas o alemánicas en que nos deteníamos algunos días porque una oposición de Saturno y la Luna nos impedía continuar (5), aquel desdichado que, ya desde hacía un tiempo, parecía triste y caviloso, encontró a uno de sus antiguos maestros (6), al que había permanecido vinculado desde sus años de colegial, el cual le logró hacer ver nuestra causa desde el ángulo que la ven los  incrédulos ( 6). El pobre mozo regresó de una visita a aquel maestro en estado de terrible excitación, demudado el rostro; promovió gran barullo ante la tienda de los Jefes y cuando el Orador se presentó le gritó fuertemente que estaba harto de tal cruzada de locos, que jamás conduciría a Oriente, harto de que se interrumpiera el viaje durante días enteros por grotescos escrúpulos astrológicos, harto de inactividad, de las procesiones pueriles, de las fiestas de las flores, de mágicas habladurías, de confusión entre la vida y la poesía y que, harto de todo eso, tiraba su anillo a los pies de los Jefes y se despedía para, por el sencillo medio del tren, reintegrarse a su patria y a su provechoso oficio (7). El insoportable y lamentable espectáculo oprimía de vergüenza nuestro corazón y también de piedad para el pobre ciego.

- El adiós a la Orden – (8)

El Orador le escuchó con benevolencia, se agachó sonriente para recibir el anillo y dijo con voz muy tranquila, cuya serenidad debió abochornar al furioso: “Te has despedido de nosotros y retornas al ferrocarril, a la razón y al trabajo útil. Te despido de la Orden, de la Peregrinación a Oriente, de la Magia, de las fiestas de las flores, de la poesía. Eres libre, estás libre de tu Juramento”.

-¿También del silencio? – gritó violentamente el rebelde.

-También del silencio – respondió el Orador – Recuerda: has jurado guardarlo ante los incrédulos acerca del Secreto de la Orden. Y puesto que, lo vemos, olvidaste ese secreto, no podrás confiarlo a nadie.

-¿He olvidado algo? ¡Nada he olvidado! – Pero ya estaba mucho menos seguro de sí el joven; y, cuando el Orador le dio la espalda y entró en la tienda, huyó precipitadamente.

 

 

(Continuará...)

 

CLAVES MÁGICAS:

  1. “Poco hacía que cruzábamos Suabia”. Antigua región de Alemania, que limitaba al Este con la Alta Baviera, al Norte con la Franconia central, al Oeste con Wurtemberg y al Sur con el Tirol, Vorarlberg y el lago de Constanza.
  2. “los Guardias de la coronaque cuidan desde siglos atrás en este país la memoria y la herencia de los Hohenstaufen ”. Noble linaje que dio reyes y emperadores a Alemania de 1138 a 1254. Por ejemplo Federico I “Barbarroja” (1152-1190), enemigo de los Papas y amigo de la vidente cristiana Santa Hildegarda. El siguiente rey Federico II- a quien se le dio el apodo de Stupor Mundi “el Asombro del Mundo” - fue excomulgado en 1226 y levantada      su excomunión en 1230. Este emperador pretendía la unidad mediterránea, independiente del Pontificado y de buena vecindad con el mundo musulmán. Federico II acometió la grandiosa empresa de resucitar el pensamiento antiguo, intentando, además, encontrar una línea de continuidad con los musulmanes. Horacio Cagni en “La cruzada incruenta de Federico II” dice: “La mayor obsesión del emperador era el conocimiento del alma. En 1227 Miguel   Scoto le llevó la versión latina de Averroes sobre “De Anima y De Coelo et Mundi” de Aristóteles; también se le dieron traducciones de Avicena; de la mano de los árabes se reencontraba el mundo antiguo. La idea averroísta-aristotélica de la materia eterna daba de lado con la existencia de un Dios creador: a ello se añadía la cuestión del intelecto universal y se planteaba el tema de la inmortalidad del alma. "Dios - decía Federico - adora la búsqueda de la verdad por la razón y la ciencia". Allí estaban junto a él, las Academias, Miguel Scoto, Juan de Palermo, Petrus Hispanus, Leonardo de Pisa, especialistas alemanes, latinos , conversos y musulmanes. A Federico le importaba poco la Biblia y el Corán; le interesaban los herejes y disidentes, no los dogmáticos. ¿Acaso Averroes no encabezó el libre pensamiento dentro del orbe musulmán? ¿ Y el Estagirita, éste Aristóteles - no el "adaptado" por Tomás de Aquino -  no estaba interdicto por Bula papal?.Fue un Hohenstaufen quién abrió la puerta de la "posibilidad universal" en Occidente . A la luz de estos conocimientos históricos podemos entender que los “Guardias de la Corona” es el conjunto de Maestros en filosofía oculta que formaron el Círculo Íntimo de este Rey filósofo, místico y precursor del Rosacrucismo. Pero también hay algo histórico sobre estos Guardias. Leamos lo que escribió al respecto Horacio Cagni: “Federico II, emperador italiano de un imperio germano, trajo de la lejana Alemania lo que consideraba le era más fiel: el Maestre Hermann de Salza (su amigo) y un contingente de Caballeros Teutónicos. En 1190, en un lazareto Para los cruzados  heridos, había nacido la Orden Teutónica del Hospital de Nuestra Señora de Sión; al                    principio, la hermana menor de las otras dos grandes órdenes -Hospitalarios y Templarios- se había engrandecido rápidamente con sus posesiones y conquistas en Oriente y el este europeo. Sin embargo, por esta vez, los Caballeros embarcados con Federico no combatirían. No más de trescientos teutónicos y mil infantes, sólo una  guardia imperial, llevó el Staufen consigo.  En cambio, le acompañaba un séquito impresionante de sabios, especialistas y diplomáticos. Bien dice Pierre Boullé que Federico no quería llegar con las fuerzas armadas, sino con la cultura. Era latino y gótico a la vez, esencialmente mediterráneo. Logró conquistar Jerusalén sin derramar sangre, pero el Papado terminaría imponiendo nuevamente el derramamiento de sangre. Así concluye Horacio Cagni: Desembarcado en Acre, el Staufen acept6 la invitación de visitar "tierra infiel", verificando la magnificencia, adelanto y suntuosidad de la refinada civilización islámica. Los eventos políticos quedaron de lado y Federico y sus expertos se dedicaron minuciosamente a discutir sobre historia, álgebra y filosofía con los eruditos musulmanes. La afinidad y franca simpatía entre el "Emperador de los bárbaros" y el Sultán Al Carnil, de Egipto, pudieron encauzar las conversaciones en un clima de tolerancia religiosa. La sensatez y cordura de ambos monarcas pudo más que la insidia y, a despecho de sus pueblos que exigían un baño de sangre, llegaron a un acuerdo definitivo en Jaffa en febrero de 1229. A cambio de un tratado comercial muy ventajoso, los musulmanes devolvían Jerusalén, Belén y Nazaret, el señorío de Torón en Galilea y el hinterland de Sidón, en Fenicia, al reino franco, es decir al Sacro Imperio Jerusalén era reconocida ciudad Santa Para los dos cultos, sometida a condominio confesional; los cristianos tenían el Santo Sepulcro y los musulmanes la mezquita de Omar y de Al-Aksa. Se firmaba, además, una tregua de diez años. Para justificar mejor esas concesiones ante los ojos de sus fieles, Al Cámil propuso a Federico poner al ejército cristiano en movimiento, con un acto de fuerza pour la gallerie. Para evitar una embarazosa situación  -fuerzas cristianas al mando de un excomulgado- los caballeros e infantes fueron puestos a "las órdenes directas de Nuestro Señor Jesucristo", y el ejército se movilizó. Indudablemente, el Sultán y el Emperador eran dos de los mejores deportistas de la política que hayan existido. Sin derramamiento de sangre, un monarca excomulgado le devolvía al occidente cristiano el objetivo de desvelos y muertes sin cuento. El Emperador Federico II confirmaba, una vez más, la justicia de su apodo, El Asombro del Mundo. Pero la Iglesia no quería Jerusalén, tenía otros planes para con Stupor Mundi.
  3. “Un día debí ver también a uno de mis camaradas renegar de su palabra, pisotear su juramento y recaer en la incredulidad”. Aquí comienza una narración extraordinaria por su simplicidad, y por el terrible contenido esotérico de lo que sucede con los estudiantes que se apartan del Camino Iniciático. En todas las Órdenes y Fraternidades ocurren estos lamentables sucesos, cuando un miembro abandona la Orden y luego siente la vergüenza y el arrepentimiento. Pero en los planos más sutiles del desarrollo Iniciático, no basta el arrepentimiento. Debe ser seguido con obras y demostrar con hechos doblemente penosos, la sinceridad para retornar al Camino. De otra manera, se cumple un principio que dice que quien abandona una Orden Iniciática en una vida, deberá esperar la próxima encarnación para ser admitido nuevamente.
  4. “El motivo personal que le llevó con nosotros hacia Oriente, fue su deseo de ver la tumba del profeta Mahoma, quien, había oído decir, se elevaba en el espacio por arte de magia”. Observamos que el motivo que llevó a este joven a unirse a la Orden era fenoménico, y no la búsqueda de la sabiduría interior. Era un “buscador de milagros” y estaba entonces en el grado más bajo de las intenciones que guían a los estudiantes a un Camino Iniciático.

 

  1. “una oposición de Saturno y la Luna nos impedía continuar”. Max Heindel nos dice en su “Mensaje de las Estrellas”: Esta es una de las manifestaciones de dolor de la vida porque hace a la mente melancólica y llena de desazones y cuidados, así que la persona está constantemente moviéndose en una atmósfera de tristeza, y como los pensamientos son cosas, esta actividad de la mente trae desmayos y disgustos en cada departamento de la vida. Tales personas experimentarán dificultades por personas y cosas significadas por Saturno, probablemente los padres, y si tienen dinero pueden perderlo y tener muchas dificultades para ganar más, de modo que es posible que sufran de pobreza durante toda su vida. Estas personas hacen más enemigos que amigos y están sujetas a la difamación y al escándalo, pero las contrariedades que encuentran son indudablemente merecidas porque estos aspectos hacen a la mente satírica y egoísta. Tales personas no tienen escrúpulos, son avariciosas y faltas de todo sentimiento hacia los demás, de aquí que estén bajo el latigazo de Saturno y que los dolores e inconvenientes que están sintiendo es posible que las hagan un poco más blandas.  

 

  1. “encontró a uno de sus antiguos maestros “... “el cual le logró hacer ver nuestra causa desde el ángulo que la ven los  incrédulos”. Simboliza el materialismo, la ciencia racional y el escepticismo. Estos son los “antiguos maestros” de los estudiantes esotéricos. Ocurre con frecuencia durante la vida espiritual de un Iniciado, que se le presenta un cuadro de tristeza y dolor – tal como fue descrito en la forma astrológica de la oposición Saturno/Luna – y que los Rosacruces designan simbólicamente como “Noche Oscura del Alma”. Este cuadro o visión de su vida, su pasado y sus aspiraciones futuras parece proporcionarle un intenso dolor moral, y siente que todo lo que ha hecho ha sido en vano, que ha sido engañado y que la vida no es más que un gran engaño. Esta oscuridad del alma puede durar mucho.

 

  1. “harto de todo eso, tiraba su anillo a los pies de los Jefes y se despedía para, por el sencillo medio del tren, reintegrarse a su patria y a su provechoso oficio”. El pobre Iniciado renegó de la Orden y arrojó su Anillo, símbolo de su unión con la Cadena Mágica de Iniciados que se remonta al Jardín del Edén. Esta frase nos dice que abandonó la inspiración de los Maestros por el razonamiento de los materialistas.

 

  1. - El adiós a la Orden –: Todas las Órdenes Iniciáticas poseen fórmulas ritualísticas y simbólicas para despedir a quienes se separan voluntariamente del Egrégor al que habían ingresado. En Masonería se estila “abrir la Cadena Mística ” en tres ocasiones: 1) al ingresar un nuevo “Eslabón”; 2) al pasar un Hermano al Gran Oriente Eterno y , el más lamentable de todos, 3) cuando un Hermano se retira por su propia voluntad o es expulsado de la Orden... tal como lo dijo el Orador de la Orden: “has jurado guardarlo ante los incrédulos acerca del Secreto de la Orden. Y puesto que, lo vemos, olvidaste ese secreto, no podrás confiarlo a nadie.”




Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados