Pensamiento del domingo 30 de marzo de 2014.
"Si algunas personas no quieren realizar el esfuerzo de armonizarse con los demás es porque temen ser absorbidas por la colectividad. No, cada uno es un individuo bien distinto, pero aún conservando su propio carácter, su forma de ser propia, debe trabajar para la unidad. Observad las células del organismo, no son idénticas y no llevan a cabo las mismas funciones: una célula del corazón no es como una célula del estómago, cada una conserva su individualidad; pero sus afinidades, sus conexiones, crean entre ellas este estado de armonía que llamamos salud. ¿Es esto tan difícil de comprender? No se trata de pedirle a un negro que se convierta en blanco, o a un musulmán o a un budista que se convierta en cristiano. En el pasado, la cristiandad envió misioneros para convertir a todos los pueblos de la tierra, ¡y cuánta violencia, cuántas tragedias se ocasionaron! Todos los creyentes, lo mismo que todos los humanos, deben conservar sus particularidades, sus diferencias, pero, al mismo tiempo deben establecer entre ellos unos lazos fraternales gracias a los cuales puedan formar una unidad."
Omraam Mikhaël Aïvanhov |