Dios de Israel… sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra, tú hiciste el cielo y la tierra. – 2 Reyes 19:15.
¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? – Lucas 5:21.
Desde el principio Adán perdió su relación de confianza con Dios al desobedecerle. Sus descendientes olvidaron que existe un solo Dios y se hicieron dioses a los que sirvieron con devoción. Dios tuvo que recordarles: “No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra” (Isaías 45:21-22).
Existen numerosos caminos en la tierra, pero sólo uno lleva al cielo. Jesús dijo: “Yo soy el camino… nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
Multitudes de animales fueron ofrecidos en sacrificio al verdadero Dios, empezando por el de Abel, hijo de Adán, porque Dios dijo: “Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22). Sin embargo, “la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Hebreos 10:4). Estos sacrificios eran la prefiguración de la única ofrenda aceptable, la de Jesucristo: “Habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” (Hebreos 10:12). “En ningún otro hay salvación” (Hechos 4:12).
¿Cómo poder estar seguro de esto? Leyendo el único libro por excelencia, la Palabra de Dios, la Biblia, el único dictado por Dios a hombres fieles: “Santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21).