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Físicamente se le describe como un chico de cabellos color gris, piel muy pálida y ojos rojos. Su aspecto general es estilizado y normalmente se le representa con una sonrisa y una mirada triste que llega a cautivar cualquier corazón, por más frío que sea.
Rápido con las palabras, no tiene dudas ante las respuestas y si las tuviera, se limitaría a sonreir. Encantador, de porte elegante y aparentemente serio y misterioso a primera vista. Parece guardar secretos de la humanidad, despues de tantos años vividos es normal que tuviera harta experiencia en todo. Sabe cocina, labar, planchar, barrer, lo que le pidas. Atiende perfectamente, aunque solo a las ordenes de su única dueña. Alguien a quien adora y desea de un modo inconscientemente posesivo.
Su voz es tranquila, da paz a quien la oiga y su forma de hablar es completamente pausada, incluso a veces da ganas de ponerle un botón de "hablar más rápido" en la espalda, pausa mucho las palabras y hace grandes espacios de silencio aunque siempre con su encantadora voz.
Su gran pasión es la música clásica, interpreta mucha de ella en su violín. El baile, el vals... todas aquellas cosas que si bien aún existen aparentan pertenecer a una época muy lejana de la actual. Sirvio a la bisabuela, al abuelo, al padre y a la madre, ahora, con la muerte de esas últimas dos personas está encargado de resguardar a su pequeña hija Karin, una persona completamente orgullosa que hace lo imposible por alejarlo de ella. Pero Marius siempre cumple su palabra, y cuidará de ella desde la noche hasta el amanecer... Así le cueste... la cena.
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