Te buscaré esta noche entre la gente, en el corso del carnaval de febrero. Eleva tu cuerpo en los tacos más altos, pinta en tu boca un sonriente corazón, ponte una peluca de espigas doradas, viste un traje largo, blanco y brillante, y así podré verte de lejos y saber que eres tu. Yo puedo ser ese viejo opaco y lerdo de mirada perdida con traje de poeta, o puedo ser aquel joven desgarbado disfrazado de payaso, astronauta o arlequín, como también el mago rojo con bonete que a los niños entretiene y encanta y puedo ser ese brujo negro que se esconde tras las polleras largas de la anciana, que va altiva, con su atuendo de gitana. Y si en la multitud no podemos encontramos, nunca cambies ni te quites el disfraz, porque como poeta, mago, brujo o arlequín en todos los corsos te andaré buscando. Por que en alguna parte esta escrito, que en el perpetuo carnaval del mundo, un día cualquiera nos vamos a encontrar. Me lo dijo, y yo le creo, mi amiga la gitana.
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