El hecho de llevar las manos sobre el cuerpo para aliviar dolores, es tan antiguo como el propio instinto del ser humano. El acto de colocar las manos sobre una zona del cuerpo que duele, activa en sí un intercambio de energía, produciendo de esta manera alivio, calma y curación. Las diversas culturas, han denominado a la energía vital de diferente manera como ser: Ki, Chi, Prana, mana, ruach, baraca, etc.
Sin embargo, es en el Tibet donde se encuentran registros de técnicas de sanación por medio de las manos que datan desde hace más de ocho milenios. Las investigaciones sugieren que estas técnicas se difundieron en las diferentes culturas y civilizaciones como ser: La egipcia, la hindú y otras.
La historia del Reiki se remonta a fines del siglo XVIII con su redescubridor Mikao Usui. Se preguntó si era posible encontrar la forma de lograr una facultad que permitiera sanar a las personas del mismo modo como lo había logrado Buda. Finalmente llegó a la conclusión de que si alguna vez existió una forma de hacerlo, ésta todavía debería existir. De esta manera, tuvo la determinación de realizar una travesía para aprender el secreto de sanar para poder ayudar a la gente.
Finalmente llegó a un monasterio Zen y se hizo muy amigo de un anciano de ese lugar. El anciano tenía mucho interés en el tema de la sanación física, y fue él quien empujó a Usui a continuar su búsqueda.
Usui, luego de realizar intensas investigaciones en la India, Tibet, Egipto y muchos otros países que en su historia tenían antecedentes de grandes maestros que realizaban este tipo de sanación, decidió realizar un período de ayuno y meditación sobre todo lo aprendido y vivido en el último tiempo.
Desde entonces, Usui se limitó a dar Reiki a quienes lo solicitaban, de esta manera respetaba el libre albedrío de las mismas y cuando ayudaba podía hacerlo con la certeza de que ellas realmente querían lograr un cambio. Usui estableció los cinco principios o ideales, como una guía sencilla de trascendencia, generosidad y bondad.
Antes de fallecer, Usui otorgó la Maestría Reiki a dieciseis personas, dándole al doctor Chujiro Hayashi la responsabilidad de transmitir y llevar la tradición Reiki a otros para que ésta no vuelva a perderse.
Chujiro Hayashi.- Fue doctor en medicina y comandante de la Marina Imperial Japonesa. Buscaba también la forma de ayudar a otros, y fue en un seminario donde conoció al Dr. Usui. Hayashi fue su discípulo más devoto, tenía una profunda convicción sobre el honor que significaba aprender Reiki.
Fundó la primera Clínica de Reiki en Tokio, y pudo mantenerla a través de los tratamientos que realizaba. En esa época, los riesgos de entrar en una cirugía eran muy altos, lo que convertía al Reiki en una excelente alternativa. El principal objetivo de la clínica era el de sanar a las personas, pero además, también funcionaba como centro de entrenamiento de nuevos discípulos y practicantes de Reiki.
El Dr. Hayachi, presintió que comenzaría una gran guerra y que muchos hombres morirían, entonces decidió iniciar en el grado de Maestras a su esposa y a Hawayo Takata. Hawayo Takata y el Reiki del Oeste.- Nació en Kaway, Haway, hija de imigrantes japoneses que se dedicaban a actividades agrícolas. Hawayo Kawamuru se casó con Saichi Takata, el contador de la granja de sus padres, con el que tuvo dos hijas. A sus 32 años, se vió en la necesidad de mantener a su familia puesto que sufrió la pérdida de su esposo a causa de cáncer en el pulmón.
El trabajo excesivo por mantener a su familia, fue mellando su salud al punto de padecer de un tumor abdominal y problemas pulmonares. En 1935 fue a Japón, donde descubrieron que ella padecía de un tumor abdominal y de piedras en la vesícula, además de un problema en el apéndice. Takata fue internada e iba a ser sometida a cirugía, pero ella escuchó de la clínica del Dr. Hayashi y decidió someterse a ese tratamiento. En los tratamientos, Takata no sabía cómo hacían los practicantes para que sus manos se calienten tanto. Se asombró de la capacidad de diagnóstico de las personas que le hacían el tratamiento puesto que coincidía perfectamente con el diagnóstico clínico. Pensaba que su secreto se debía a los quimonos. Intentó hacer lo mismo, y al ver que no funcionaba, decidió preguntarles.
Ellos rieron ante le historia y le contaron de qué trataba y que era energía y como la canalizaban. Al poco tiempo, había restablecido por completo la salud de Takata, sin dejar rastros de las afecciones que tenía. Posteriormente, Takata aprendió Reiki hasta obtener el grado de Maestra. Una de sus virtudes fue que realizaba tratamientos intensos durante varias horas y a varias personas en un mismo día con una disciplina y entrega total. Ello la llevó a transformarse en una sanadora poderosa.
La decisión de Takata de llevar el Reiki a Occidente, la empujó a ver la forma de obtener el mismo sentimiento de respeto y honor que se tenía en Japón, pero como éste no existía en occidente, una sociedad capitalista, decidió cobrar la suma de $us 10.000 por el grado de maestro.
Hecho que marcó un hito importante puesto que la gente en occidente respondió a estas exigencias dándole el debido respeto al sistema que aprendían. Takata inició a 22 maestros: George Araki, Barbara McCullough, Beth Gray, Ursula Baylow, Paul Mitchell, Iris Ishikura, Fran Brown, Barbara Weber Ray, Ethel Lombardi, Wanja Twan, Virginia Samdahl, Phillis Lei Furumoto, Dorothy Baba, Mary McFadyen, John Gray, Rick Bockner, Bethel Phaigh, Harry Kuboi, Patricia Ewing, Shinobu Saito, La hermana de Takata y Barbara Brown
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