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Medicina y Salud: ATAQUES DE PANICO
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De: Siondra (Mensaje original) |
Enviado: 03/12/2009 12:14 |
De: Haviva49 (Mensaje original) |
Enviado: 05/08/2006 2:07 |
En la infancia tenemos una idea ominipotente y fantasiosa sobre nuestras limitaciones físicas. Podemos pensar que nunca envejeceremos y moriremos o que será tan tan lejos que prácticamente no ocurrirá nunca. Quizá estas ideas nos preparan mal para la práctica sensata del auto-cuidado, y de ahí que durante un largo periodo juvenil podamos abusar de nuestra aparentes energías ilimitadas para trasnochar, mal alimentarnos y también para adquirir la mala costumbre de preocuparnos y sufrir sin que aparentemente ello implique mayores complicaciones. Pero un buen día las cosas pueden cambiar y enviarnos repentinas señales de funcionamiento corporal anómalo, como si el cuerpo ya no tolerara el mismo ritmo de agobio que tenía hasta el día anterior. No somos conscientes de nuestro nivel de agobio, tensión e inquietud si estamos atravesando una época de estrés. Estamos tan familiarizados con las sensaciones internas de ansiedad que nos parecen normales, o por lo menos no preocupantes. Las despreciamos, aunque el nivel de tensión en realidad es más alto de lo que nuestro organismo está preparado para tolerar. Esta especie de ceguera y sordera sobre nuestro estado es un error de cálculo que nace de que no conocemos nuestras limitaciones corporales (que niveles de descanso, relax, bienestar, distracción y goce necesitamos para funcionar operativamente). Nos hemos mal-educado a ser sacrificados y sufridores, anteponiendo el deber, la ambición y la auto-exigencia, o la búsqueda desaforada de estímulos. Quizás sabemos cuantas horas seguidas podemos aguantar trabajando, pero no sabemos cuantas horas necesitamos para ocuparnos de nuestra mínima tranquilidad personal. Ocurre también con demasiada frecuencia que tampoco sabemos manejarnos demasiado bien frente a las frustraciones, ante las que solemos buscar salidas que más que calmarlas parecen exacerbarlas. Pero los hechos son los hechos: nuestro cuerpo biológico, en especial nuestro sistema nervioso, tiene sus propias limitaciones de funcionamiento (no puede estar permanentemente activado forzado a trabajar al máximo). Esto es lo que fundamenta un ataque de pánico, que también podríamos llamar crisis de ansiedad.
¿Còmo?
La persona intenta en un momento dado detener su ritmo frenético. Se sienta, se para en frente al semáforo, espera en una cola, se tumba a descansar un rato, intenta mirar la televisión, está sentado en un medio de transporte, etc., Es precisamente eso, que estamos haciendo algo que no es particularmente activo lo que nos desconcierta, porque repentinamente notamos que no podemos hacer la cosa tan tranquila que queríamos hacer, porque el sistema nervioso está demasiado alterado para bajar de tan arriba a tan abajo en un instante. En un segundo percibimos esta dificultad anómala, podemos observar los efectos de la taquicardia (acaloramiento de la parte central del cuerpo, aceleración respiratoria), nuestra respiración parece ser incómoda, y los mecanismos automáticos del control del ritmo respiratorio deciden hacer paradas bruscas que nos desconciertan (¿Me quedaré sin aire, pensamos?), se ha disparado nuestro sistema de alarma como esas alarmas de la tienda de al lado que se conecta un día de viento sin más ni más. En un segundo notamos el encendimiento que produce en nuestro cuerpo el estado de activación general (pensemos por ejemplo en la reacción que sentiríamos ante un susto intento repentino, como ver aparecer un perro en nuestra habitación o que se rompieran los vidrios de una ventana, una explosión, etc.). Pero como nada pasa en el exterior, pensamos, ¿Qué me sucede? ¿Me estaré muriendo? ¿Será esto un ataque cardíaco, colapso respiratorio, embolia cerebral? ¿Será esto que tengo un ataque de locura? ¿Cómo me puedo morir ahora sin haber hecho testamento o dejando las cosas sin arreglar? Pensar este diagnóstico no es precisamente tranquilizador... Así que si ya estamos encendidos creernos en grave peligro acaba de provocar un incendio. Estamos en pleno pánico. Sube el nivel de ansiedad provocando más efectos espectaculares (temblor de piernas, sensación de vértigo, rigidez de nuca, visión borrosa, sensación de flotar e de irrealidad) Puede que se acuda a un servicio de urgencias por si las dudas, y ahí, tras las pruebas oportunas nos digan que no era nada grave, sólo un ataque de ansiedad. ¿Pero cómo nos podemos convencer de que no era NADA, si nosotros en realidad nos sentimos terriblemente mal?. El habernos sentido tan traspuestos, el que eso sucediera en un momento tan tenso de nuestra vida en medio de las complicaciones y exigencias, y encima el miedo a que se repita... con qué facilidad se puede efectivamente repetir el episodio que deseábamos que ¡por favor! no volviera otra vez... Comprendiendo lo que pasa Como podemos observar por esta descripción en el ataque de pánico hay dos fuerzas que se unen y se suman: 1. un estado de ansiedad que predispone a padecer molestias en la regulación del sistema nervioso (dificultad de relajarse, disparo automático de la sensación de alerta, cambios bruscos de ritmos). 2. la percepción de este estado no como una molestia física menor, sino como algo terrible, enigmático y sumamente desagradable (algunos dicen que preferirían que les cortaran una mano antes de pasar por esos mementos). Tenemos la sensación de perder el control voluntario (¡horror!) y sentirnos débiles, desvalidos e impotentes (reacción de quedarnos clavados, paralizados y bloqueados). Si lo expresamos con un esquema diríamos que * Estímulo de Ansiedad --> * provoca respuesta intensa de miedo --> * la respuesta de miedo de nuevo genera más de lo mismo, una ansiedad todavía mayor --> El estado de ansiedad producido por un estado general ocurre más bien al principio, pero al cabo de un cierto tiempo en realidad la causa de ansiedad deja de ser la que era y cambia a ser nuestra propia suspicacia y nuestro temor supersticioso de que pueda volverse a repetir, o el percibir el más mínimo estado corporal que nos parezca extraño, o el simple pensar en ello. Eso explica que aunque pudieran suprimirse las causas primeras (pueden haber cambiado algunas circunstancias o hemos comenzado a tomar tranquilizantes) puedan haber sido sustituidas por otras. En realidad, bajo el punto de vista del trastorno psicológico, lo relevante no es el haber tenido un ataque de pánico, que de hecho algunas personas tienen por haber cuidado a un enfermo varias noches seguidas, haber bebido más de la cuenta, por efecto del consumo de algunas drogas o medicaciones, y que reconocen como lógico debido al exceso, y que olvidan. Lo importante es que la persona que ha padecido un ataque de pánico: * no comprenda que excesos esta cometiendo en su vida, o que no le parezcan lógicos como explicaciones. * no tome las medidas adecuadas que tomaría frente a otro trastorno físico (o sea no varía su vida ni un milímetro) * comience a desarrollar conductas contraproducentes (o sea, que hace todo lo contrario que tendría, como preocuparte, anticipar situaciones, estar auto-observándose, caer en el alarmismo, enfadarse, deprimirse, etc..). La principal conducta contraproducente es la evitación de situaciones en las que uno cree que podría suceder el ataque (la situación en la que la persona sentiría atrapada). Esta conducta produce lo que se llama agorafobia, que la podríamos traducir como el miedo que se tiene a padecer una crisis de ansiedad o ataque de pánico en situaciones de indefensión (lejos, solos, encerrados, con mucha gente, delante de personas ante las que queremos quedar bien, etc.) * la auto-provocación (involuntaria) como cuando uno piensa que podría vomitar y sólo pensar en el asco que le daría ello le produce las nauseas que le confirman sus ganas de vomitar. De igual modo el pensamiento sobre la ansiedad produce ansiedad, la ansiedad se puede percibir con la lupa de la atención, que agranda en relieve y tecnicolor todas las sensaciones físicas, lo cual crea la sensación que está ya sucediendo lo que uno teme que suceda, y la sensación de que si algo empieza uno está perdido y no podrá evitar lo peor, y que hay que estar preparados para lo peor de lo peor que podría suceder...
¿Qué; hacer?
Los pasos a seguir son:
1. Hacer análisis médicos para descartar enfermedades de carácter orgánico (en particular trastornos endocrinos, circulatorios, dificultes de tensión arterial, etc.) 2. Una vez establecida la causa psicológica hacer una reflexión acerca de cómo estamos viviendo, en qué puntos nos estamos pasando de la raya y qué medidas de salud podríamos tomar (descanso, alimentación, ejercicio, diversión, cambio de actitudes). 3. Llevar vida normal (llevar vida de enfermo incurable no nos hace sentir precisamente normales). La causa de la ansiedad no es externa sino interna, así que el mundo no tiene la culpa y sería inútil tomar medidas de precaución porque el miedo puede perfectamente cambiar de tema una vez que cedemos en evitar determinada circunstancia. 4. Evitar todo tipo de anticipación o pensamiento sobre la ansiedad: esta es la causa más importante del mantenimiento y crecimiento de la ansiedad. Una especulación es cizaña que sembramos y provoca mayor inseguridad. Lo correcto es vivir sin pensar hasta que llegue el momento X, en el cual nos limitamos ha hacer lo que sigue a continuación. 5. Tener preparado un guión para decirnos es ese momento (este guión se ha podido preparar previamente con un psicólogo, y contiene fundamentalmente la idea de lo que nos pasa en que tenemos mucho miedo, pero el miedo no nos hará morir, y simplemente es algo que bajará en la medida de que actuemos con normalidad. No me muero, es sólo miedo. 6. Respirar hondo. Si notamos cosquilleos en las puntas de las manos o en los pies significa que estamos ventilando o oxigenando más de la cuenta y que lo que interesa en parar, por lo que aguantaremos el aire contando tranquilamente uno, dos, tres, cuatro, y expulsaremos el aire suavemente, y repetimos la operación hasta notar que de esta forma introducimos menos exógeno, desaparece el síntoma del cosquilleo y nos resulta más cómoda la respiración. 7. Mirar algo y centrar la visión en el mundo externo (veo un cuadro, una matrícula de coche que comienza por... ) Este ver-afuera nos ayudada a saber si vemos bien y a recuperar la agradable sensación de equilibrio. También conviene oir-fuera (que sonidos escucho, que canción suena, cómo oigo mi propia voz) y tocar alguna cosa como mi ropa, un mueble, un objeto cualquiera, pera dirigir los canales sensoriales hacia el exterior. Todas estas medidas conducen a comprobar si nos estamos desmayando o mareando o si estamos funcionales. Cuanto antes comprobemos nuestro estado y salgamos de la inmovilidad, antes podemos cercionarnos de que nuestro estado es mejor de lo que parece. 8. Continuar haciendo lo que estamos haciendo (si estábamos haciendo algo) o inventarnos una tarea. Es muy probable que la situación de pánico se de encerrados en una coche, en un aula o despacho, esperando en la cola del banco o para pagar en el supermercado (preferiblemente con personas detrás y delante impidiéndonos la huida). Entonces hacer algo puede ser hablar, curiosear, pensar lo que comimos la semana pasada, escribir algo, escuchar o tararear música, o cualquier cosa que tenga la suficiente garra para distraernos). 9. Esperar los minutos necesarios para relajarnos (pensar que cuando uno se altera tarda un ratito en serenarse, es importante no confundir esto con que fracasamos en el control, así que no hay que tomarse como algo raro el que tardemos nuestros cinco o diez minutos en lograr tranquilizarnos. 10. No enfadarse (pensamientos como "!otra vez!", "¿qué hecho yo para merecer eso?", "¡esto es espantoso!" "!soy débil!" y similares aportan tanto nivel de adrenalina a la corriente sanguínea como la ansiedad. Además esta ira contribuye notablemente a que la próxima vez parezca más infernal. 11. También esta totalmente contraindicado deprimirse como si a uno le estuviera sucediendo alguna gran desgracia o tuviera la peor suerte del mundo. Esto solo hacer que agrandar al enemigo haciendo que la ansiedad parezca más tirana, abusiva e todopoderosa que nunca. En vez de deprimirse es más útil animarse todo lo que uno pueda haciendo cosas que compensen el mal sabor de boca dejado por el momento de pánico (actividades lúdicas o que nos den paz, goce y nos reconcilien con la vida como la buena música, la buena lectura, la buena conversación o el goce estético de las cosas). Uno puede hacerse algún tipo de regalito como un remedio curativo muy eficaz para minimizar la fuerza del miedo. Hay que recordar que tomarse las cosas con humor es un buen método para solucionar todo tipo de problemas de salud y de la vida en general. (Algunas personas en fase de superación suelen hablar con su miedo diciéndole "así que ya has venido a molestarme un poco ¿no?, pues has de saber que ya no me impresionas porque sé que mucho ruido pero sólo eres un poco de ansiedad fisiológica inocente, así que ahora ¿qué cosa agradable podríamos hacer? ¿tal vez hablar con esa persona encantadora que tanto nos gusta? ¿tal vez nos podemos ocupar en algo útil e interesante que nos permita cambiar de tema? ..."). 12. Dejarse ayudar por un profesional. Es una lástima que muchas personas tengan alergia a dejarse ayudar por un psicólogo como si su valía personal quedara en entredicho, porque de igual modo que nos dejamos orientar por un asesor fiscal, un inversor financiero, o el maitre de un restaurante, es más síntoma de inteligencia y sensatez que de otra cosa contar con el asesoramiento de un psicoterapeuta especialista en trastornos de ansiedad. Todos los puntos anteriores y otros más quedan mucho mejor aclarados y sobre todo, puestos en práctica, con el apoyo del psicólogo, de forma que nos aseguremos del éxito en el control de un miedo que ya se ha apoderado de nosotros. Ya sé que estamos en la era del bricolaje, hágaselo usted mismo y de la auto-ayuda y que ésta misma información la ha encontrado usted en internet, pero tampoco que hay exagerar tanto que pongamos en peligro nuestra propia salud y calidad de vida sólo por evitar el contacto del profesional. Si tiene ataques de pánico y/o agorafobia, dedique tiempo y medios necesarios para su solución correcta y completa.
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 12:19 |
Cómo superar un ataque de pánico |
Fecha: 19.12.2008 - 12.09 Autor: 4704Paloma |
De: Haviva49 (Mensaje original) |
Enviado: 06/08/2006 2:45 |
que, además de impulsarnos a huir o a buscar ayuda, también hace que aprendamos a evitar, en el futuro, las situaciones peligrosas que lo desencadenan.
El único problema con tus crisis de pánico es que tu reacción de alarma se pone en marcha sin que exista un peligro real. La pones en marcha tú mismo al interpretar como peligro unas sensaciones que son normales en la ansiedad, y que se incrementan porque aumenta tu ansiedad al pensar que estás en peligro.
Por eso, el principal objetivo del tratamiento es que dejes de hacer falsas evaluaciones de peligro, para que no se active tu sistema de alarma-pánico cuando no te hallas en situación de peligro real. Esto lo conseguiremos rompiendo la parte del círculo vicioso que te lleva a evaluar como amenazadoras las sensaciones normales que todos notamos cuando estamos nerviosos.
Cuando aprendas a experimentar esas sensaciones, sin hacer interpretaciones catastrofistas, ya no se producirá el círculo vicioso y, por tanto, tus sensaciones de ansiedad se mantendrán en los niveles normales y deseables que experimenta cualquier persona sana.
CRISIS DE PÁNICO Y AGORAFOBIA
LAS CRISIS DE PÁNICO
Como ya te hemos explicado, las crisis de pánico se producen porque evalúas como peligrosas unas sensaciones que son normales cuando sentimos ansiedad. Esas sensaciones llegan a tener una gran intensidad gracias al mecanismo del círculo vicioso, pero ni siquiera entonces suponen ningún peligro.
Después de experimentar una crisis de pánico, en tu cerebro queda grabada una asociación entre ciertas sensaciones y la evaluación de peligro (con la consiguiente activación del sistema de alarma o programa del pánico). Por eso, desde entonces, cada vez que notas dichas sensaciones, se produce en forma automática e instantánea la evaluación de peligro y la respuesta de alarma típica del pánico:
SENSACIONES INTERNAS TEMIDAS
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EVALUACIÓN DE PELIGRO INMINENTE
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REACCIÓN DE ALARMA-PÁNICO
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LA AGORAFOBIA
En algunos casos, la asociación entre las sensaciones internas y la evaluación de peligro inminente se amplía, asociándose también a determinadas situaciones externas: empiezas a temer el llevar a cabo ciertas actividades (por ej., hacer ejercicio) o el acudir a ciertos lugares (por ej., grandes almacenes) porque crees que si te expones a ellos, pueden aparecer las sensaciones temidas y llegar a producirse la crisis (que, erróneamente, crees que es peligrosa). Así vas cayendo en la agorafobia, que es la evitación sistemática de ciertos lugares o situaciones, por temor a experimentar en ellos las sensaciones temidas.
SITUACIONES TEMIDAS EN LA AGORAFOBIA
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SENSACIONES INTERNAS TEMIDAS
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EVALUACIÓN DE PELIGRO INMINENTE
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REACCIÓN DE ALARMA- PÁNICO
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Cuando se ha establecido esa asociación entre ciertas situaciones externas, las sensaciones temidas y la evaluación de peligro; cada vez que te expones de nuevo a la situación (ej., grandes almacenes) experimentas ansiedad (que suele incluir las sensaciones temidas), activándose así, el círculo vicioso del pánico.
Por tanto, empiezas a evitar esas situaciones, o a afrontarlas llevando a cabo alguna conducta dirigida a evitar las sensaciones; por ejemplo, ir acompañado, llevar medicación, etc. Pero la evitación y las conductas tranquilizadoras de ese tipo, sólo sirven para que se fortalezca el verdadero problema, que es tu creencia de que estás en peligro al notar las sensaciones.
En general, cuanto más nos dejamos llevar por una idea irracional (dejando que dirija nuestro comportamiento) más fuerte se hace nuestra creencia en ella.
Así, cada vez que evitas una situación o que adoptas otras conductas dirigidas a evitar las sensaciones temidas, tu problema se afianza, porque tus falsas creencias catastrofistas se hacen más fuertes.
Por el contrario, cuando aprendas a controlar tu temor y seas capaz de actuar en contra de esas falsas creencias, afrontando una y otra vez las sensaciones y las situaciones que antes temías, sin hacer caso a las interpretaciones catastrofistas; se irá debilitando la asociación de estas sensaciones (o lugares) con la evaluación de peligro, entre otras cosas porque comprobarás que no ocurre nada de lo que temías. Y llegará un momento en que esa asociación desaparecerá, desapareciendo así tu problema.
INFORMACIÓN &
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EXPOSICIÓN
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CAMBIO DE CREENCIAS
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CURACIÓN
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EL FANTASMA DEL PÁNICO
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PRIMERA ETAPA (COMPRENDER EL PÁNICO)
CONTENIDOS
1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 1.5. 1.6. 1.7. 1.8. 1.9. 1.10. 1.11. 1.12. 1.13. 1.14. 1.15. 1.16. 1.17. 1.18. 1.19. 1.20. |
¿Tienes un problema de pánico? ¿A qué se deben las sensaciones temidas en el pánico? Las sensaciones temidas y sus causas reales Interpretaciones catastrofistas y explicaciones realistas El círculo vicioso del pánico El doble sistema de creencias La comparación de nuestra mente con un ordenador El círculo vicioso de una crisis reciente El origen de tu problema de pánico Cómo se mantiene el pánico La ansiedad, el pánico y su papel de ayuda a la supervivencia El papel de la respiración en el pánico Crisis de pánico y agorafobia ¿Es el pánico tu principal problema? Las tareas de esta etapa El tratamiento y sus resultados Resumen del programa de tratamiento Cuestionario de pánico-agorafobia Registro de crisis y de amagos de crisis Cuestionario de autoevaluación |
¿TIENES UN PROBLEMA DE PÁNICO?
El DSM-IV es un manual que recoge los criterios utilizados por psiquiatras y psicólogos de todo el mundo, para diagnosticar e investigar cualquier "enfermedad" de las llamadas mentales, emocionales o nerviosas. Veamos la definición que hace dicho manual del problema que nos ocupa.
CRISIS DE PÁNICO
Episodio de ansiedad aguda con miedo o malestar intensos, acompañado de alguno de los siguientes síntomas, que suelen aparecer bruscamente y alcanzar su máxima expresión en los primeros 10 minutos:
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Palpitaciones
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Elevación de la frecuencia cardiaca
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Sudor
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Temblores
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Sacudidas
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Sensación de ahogo o falta de aliento
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Sensación de atragantarse
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Opresión o malestar en el pecho
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Náuseas
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Molestias abdominales
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Inestabilidad
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Mareo
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Sensación de desmayo
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Sensación de entumecimiento
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Hormigueo
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Escalofríos o sofocaciones
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Percibir las cosas o percibirse a sí mismo de forma extraña
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Miedo a morir, volverse loco o perder el control
Las crisis de pánico aisladas son bastante frecuentes en la población general.
En la mayoría de casos, quienes las experimentan no les dan mayor importancia. Las consideran como una especie de pesadilla y las atribuyen a que se han puesto nerviosos o a otras causas nada preocupantes.
Pero en algunos casos, la persona que experimenta una crisis se queda preocupada por ella y con temor a experimentar nuevas crisis, o las sensaciones internas relacionadas con ellas.
Si ese temor es lo suficientemente fuerte para crear emociones y conductas contraproducentes, se considera que la persona afectada padece un trastorno de pánico.
TRASTORNO DE PÁNICO
Se dan crisis de pánico repetidas, algunas de las cuales son inesperadas. Al menos una de ellas se ha seguido durante un mes (o más) de alguno de los siguientes síntomas: 1) inquietud persistente por la posibilidad de tener más crisis; 2) preocupación por sus consecuencias, ej., perder el control, sufrir un infarto, volverse loco, ..., o 3) cambio significativo del comportamiento, relacionado con las crisis.
Las crisis no se deben a los efectos directos de una sustancia, ni a una enfermedad médica, ni pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental (por ej., fobia social si las crisis apareciesen sólo al exponerse a situaciones sociales temidas).En algunas ocasiones, el trastorno de pánico se ve complicado con la agorafobia.
AGORAFOBIA
Aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer una crisis de pánico o las sensaciones internas temidas, puede no disponerse de ayuda. Los temores agorafóbicos suelen relacionarse con situaciones como: permanecer solo fuera de casa, estar en aglomeraciones, hacer cola, o viajar en autobús, tren o automóvil. Estas situaciones se evitan, se resisten a costa de un malestar o ansiedad significativos o se hace indispensable la compañía de un conocido para soportarlas.
¿A QUÉ SE DEBEN LAS SENSACIONES TEMIDAS EN EL PÁNICO?
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PERCEPCIÓN DE PELIGRO real o imaginario
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Cuando tu cerebro percibe un peligro (real o imaginario), automáticamente se pone en marcha el sistema de alarma; es decir, se activa una parte de tu sistema nervioso, que provoca diversos cambios fisiológicos con los que tu organismo se prepara para afrontar el peligro:
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Tu cuerpo libera adrenalina y noradrenalina, que producen una sensación de nerviosismo e inquietud.
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Aumenta la frecuencia y la fuerza de los latidos del corazón. Así tus músculos disponen de más sangre y eliminas mejor las toxinas, con lo que te resultaría más fácil atacar o huir.
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Hiperventilas; es decir, respiras más cantidad de aire y más deprisa, preparando también a tu cuerpo, para la lucha o la huida. La hiperventilación hace que tengas más oxígeno en la sangre y que notes ciertas sensaciones internas (puedes comprobarlo).
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Tu sangre se concentra en las áreas del cuerpo donde podría ser más necesaria en una situación de peligro. Por tanto, queda menos sangre en otras zonas, por ej., en las manos, pudiendo dar lugar a temblor, hormigueo, etc.
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Tus pupilas se dilatan, con lo que estás preparado para detectar mejor cualquier estímulo que pudiera ser peligroso. Esto puede hacer que percibas las cosas en forma extraña.
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Sientes miedo y tiendes a huir para ponerte a salvo.
Todos estos cambios, serían útiles y beneficiosos si te encontrases ante un peligro real.
Pero, si en vez de tomarlos como algo "normal", piensas que esas sensaciones son peligrosas, se activará aún más el sistema de alarma, y, por tanto, las sensaciones y el miedo aumentarán
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 12:20 |
Cómo se pone en marcha el círculo vicioso del pánico?
Si al notar alguna de esas sensaciones (por ej., percibir las cosas en forma extraña), piensas que significan que va a ocurrirte algo terrible (ej., que te estás volviendo loco), te pones más nervioso y, por tanto, aumentan tus sensaciones (recuerda que son sensaciones típicas de la ansiedad).
Dicho de otra forma, al pensar que estás en peligro se pone en marcha tu sistema de alarma (punto c) que, entre otras cosas, conlleva un aumento de las sensaciones internas (punto a).
Ese aumento de sensaciones, sueles interpretarlo como "prueba" de que tu estado no es normal y de que algo malo te está pasando (b), con lo cual aumenta más aún tu ansiedad y las sensaciones derivadas de ella; es decir, se activa con mayor fuerza tu sistema de alarma (c). Así se forma la espiral, o círculo vicioso, que puede acabar en una crisis de pánico.
Si analizas todo eso, te darás cuenta de que: 1) las reacciones que experimentas cuando sufres una crisis de pánico son algo normal, dado que en ese momento estás convencido de que te hallas en peligro, y 2) la crisis te las provocas tú mismo, al interpretar como amenaza unas sensaciones normales, que aumentan en intensidad sólo en la medida en que crees que estás en peligro.
Algunas personas encuentran difícil detectar las interpretaciones catastrofistas de las sensaciones que temen. Pero, se ha demostrado que éstas pueden producirse sin que sean accesibles a la conciencia (como ocurre en la propaganda subliminal, que induce al consumo de determinados productos sin que uno se dé cuenta del mensaje que le lleva a consumirlos). En cualquier caso, los pensamientos catastrofistas suelen hacerse más conscientes si aprendemos a prestarles atención.
LA ANSIEDAD, EL PÁNICO Y SU PAPEL DE AYUDA A LA SUPERVIVENCIA
La ansiedad es una reacción normal, con la que nos ha dotado la naturaleza, para ponernos a salvo cuando afrontamos algún peligro. La crisis de pánico o estado de ansiedad aguda es una reacción automática y refleja, cuya misión es ayudarnos a sobrevivir, y que se pone en marcha cuando percibimos un peligro grave e inminente.
COMPONENTES DE LA ANSIEDAD Y EL PÁNICO
Para comprender mejor la ansiedad y el pánico, suele ser útil analizarlos en sus tres niveles: el biológico, el cognitivo y el conductual.
El componente biológico de la ansiedad incluye las sensaciones internas que podemos notar cuando estamos nerviosos, como: temblor, mareo, taquicardia, flojedad en las piernas, etc.; que en las crisis de pánico alcanzan una intensidad mayor por el mecanismo del círculo vicioso. Las sensaciones temidas varían de unas personas a otras. Así, quienes temen sufrir un infarto, suelen temer las sensaciones de: taquicardia, palpitaciones, opresión o dolor en el pecho, etc. Pero esas sensaciones pueden ser consideradas irrelevantes por otros pacientes, que sufren crisis de pánico pero que no temen una enfermedad cardiaca (ej., por quienes temen volverse locos al percibir las cosas en forma extraña).
El componente conductual de la ansiedad y el pánico incluye la tendencia a evitar, huir, escapar, buscar ayuda y hacer cualquier cosa que pueda ayudarte a librarte del "peligro". Así, algunos pacientes acuden a urgencias, toman ansiolíticos, se refugian en su casa; evitan actividades como tomar cafeína, hacer deporte, tener relaciones sexuales o realizar cualquier esfuerzo físico; evitan diversas situaciones como estar solos, conducir, hacer colas, viajar o usar transportes públicos; o acuden a esos lugares sólo si van acompañados por personas de confianza o si llevan con ellos fármacos u otros objetos con los que se sienten más seguros.
El componente cognitivo de la ansiedad se refiere principalmente al conjunto de creencias, pensamientos e imágenes, con contenido de peligro; que en el caso del pánico, suelen ser pensamientos e imágenes de que estás en peligro de morir, volverte loco o perder el control (aunque en una minoría de casos, los pensamientos relacionados con el pánico pueden limitarse a la creencia de que las sensaciones temidas son algo terrible, que no puede soportarse). Estos pensamientos se producen en forma automática, es decir, involuntaria, una vez que se pone en marcha el círculo vicioso del pánico. En el momento de la crisis, y en menor grado después de ella, la persona afectada teme que le ocurra algún tipo de catástrofe como: sufrir un infarto, tener una trombosis, asfixiarse, o perder el control. Por ej., si un conocido ha sufrido recientemente un ataque cardiaco y notas palpitaciones, puedes creer que estás sufriendo un infarto.
Los tres componentes (el fisiológico, el conductual y el cognitivo) se hallan siempre presentes cuando se activa un estado de ansiedad, y cada uno de ellos influye en activar o desactivar a los otros. Pero se ha demostrado que el componente principal es el de los pensamientos, imágenes y creencias.
LA IMPORTANCIA DE LOS PENSAMIENTOS
Según la psicología cognitiva, cuando experimentamos cualquier alteración emocional, lo que nos altera no son las cosas en sí, sino lo que pensamos de ellas. Por tanto, si al notar determinadas sensaciones, creemos que significan que nos está pasando algo terrible, reaccionaremos con el mismo terror y ansiedad como si fuese cierto.
Sensaciones normales en la ansiedad
ej., latido
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Interpretación catastrofista de esas sensaciones
ej., "puedo sufrir un infarto"
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Activación del sistema de alarma
Incluye el aumento de esas y otras sensaciones.
Lo interpretas como confirmación de que algo terrible te está sucediendo
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Para que comprendas mejor el papel de los pensamientos en la ansiedad y el pánico pondremos un ejemplo. Si un desconocido te gasta una broma pesada, apuntándote con una pistola de plástico que te parece de verdad, responderás con una reacción de pánico similar a la que experimentas durante una crisis, porque te habrás sentido amenazado de muerte, aunque después compruebes que no existía un peligro real.
Algo parecido ocurre en tus crisis de pánico: te engañas a ti mismo creyendo que las sensaciones que notas indican que estás en peligro, y te asustas de tu propia mentira.
ASPECTOS POSITIVOS DE LA ANSIEDAD Y EL PÁNICO
Como señalábamos antes, la crisis de pánico (activación del programa de pánico o sistema de alarma) es la reacción natural del organismo ante una amenaza grave e inminente que pone en peligro la supervivencia. Su objetivo es el de protegernos, preparándonos para la lucha, la huida o la búsqueda de ayuda.
La reacción de pánico ante una situación de peligro real, es un mecanismo de supervivencia que resulta muy evidente cuando los humanos tienen que afrontar formas de vida más peligrosas que la nuestra, como ocurría a nuestros antepasados, los hombres primitivos.
Pero, incluso en nuestro ambiente, a veces resulta esencial que al enfrentarnos con una amenaza vital reaccionemos en forma automática para ponernos a salvo. Imagina por ejemplo, lo útil que puede ser una reacción instantánea de pánico y huida, si estás a punto de ser atropellado por un coche, o si te encuentras con un toro bravo que acaba de escapar y se dirige hacia ti.
PERCEPCIÓN DE PELIGRO (real o imaginario)
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Activación instantánea del SISTEMA DE ALARMA
Incluye: aumento de sensaciones, y conductas de evitación
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Como es lógico, ese mecanismo -con el que nos ha dotado la naturaleza para ayudarnos a sobrevivir- no supone en sí mismo ningún peligro; es decir, el pánico no nos puede producir ningún daño. Esto se ha comprobado en numerosas investigaciones, y si tu problema persiste desde hace tiempo y has experimentado muchas crisis, habrás comprobado por ti mismo que nunca te han hecho ningún daño, más allá del miedo.
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 12:21 |
K MAREO
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J Tensión de cervicales que disminuye el aporte de sangre a la cabeza. Efectos diversos de la hiperventilación. Hipotensión de etiología diversa (por ej., efecto secundario de la medicación).
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K FALTA DE AIRE
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J Aumento de oxígeno en la sangre debido a la hiperventilación (lo contrario asfixia).
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K TAQUICARDIA, PALPITACIONES
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J Cuando estamos en peligro, real o imaginario, el corazón trabaja con mayor fuerza y rapidez. Así, envía más sangre a las zonas implicadas en la reacción de alarma, para que puedan funcionar mejor, eliminar mejor las toxinas, etc.
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K HORMIGUEO EN LAS EXTREMIDADES, PÉRDIDA DE SENSIBILIDAD, PALIDEZ
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J La afluencia de sangre es mayor en los lugares donde puede ser más necesaria, dejando al resto del cuerpo con un riego menor. De ese modo, si fueses herido serías menos propenso a desangrarte..
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K OPRESIÓN, DOLOR O PINCHAZOS EN EL PECHO. DOLOR EN BRAZO IZQUIERDO
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J Tensión de los músculos intercostales debida a la hiperventilación o a mantener los pulmones demasiado llenos. Contracturas en cervicales o dorsales que irradian el dolor a esas zonas. Posturas corporales incorrectas habituales.
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K CALOR, SOFOCO, SUDOR, ESCALOFRÍOS
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J Aumento de la temperatura en las zonas más vitales y puesta en marcha del sistema de enfriamiento de nuestro organismo (sudor).
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K PERCIBIR LAS COSAS DE FORMA EXTRAÑA, VER "LUCECITAS", ETC.
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J Disminución de oxígeno en ciertas zonas del cerebro, debida a la hiperventilación. Dilatación de las pupilas que aumenta la visión periférica, facilitando así la percepción de posibles peligros.
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K TEMBLOR, PINCHAZOS, PARESTESIAS
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J Tensión muscular excesiva.
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K DIFICULTAD PARA PENSAR EN LA FORMA HABITUAL
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J Cuando sentimos una emoción muy intensa, como el pánico, la ira, etc.; se produce un "secuestro emocional", que nos causa una dificultad transitoria para pensar y actuar en la forma en que habitualmente lo hacemos. Esa es la forma normal en que funciona nuestra mente y es útil cuando afrontamos una situación de peligro real.
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K NAUSEAS O MOLESTIAS ABDOMINALES
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J Efectos normales de la ansiedad en el sistema digestivo. No suponen ningún peligro y mejoran en cuanto se reduce la ansiedad.
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K OPRESIÓN O SENSACIONES EXTRAÑAS EN LA CABEZA
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J Disminución de oxigeno en ciertas áreas del cerebro. Contractura de cervicales que dificulta la irrigación sanguínea de la cabeza y que produce diversas molestias.
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K CANSANCIO, AGOTAMIENTO
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J Mantenimiento de los músculos estirados y tensos durante mucho tiempo. Falta de sueño profundo y reparador.
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K CUALQUIER SENSACIÓN INTERNA TEMIDA
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J La focalización de la atención en captarlas, aumenta la percepción de cualquier sensación (comprobarlo). Además, dado que las sensaciones temidas en el pánico son las propias de la ansiedad, cualquier pensamiento de que suponen un peligro, puede producirlas o incrementarlas.
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EL CÍRCULO VICIOSO DEL PÁNICO
Las crisis de pánico se producen al ponerse en marcha la reacción de alarma o sistema de alarma (punto c del dibujo) que es un mecanismo reflejo del organismo que tiene como misión ponernos a salvo (mediante la huida, la búsqueda de ayuda, etc.) cuando afrontamos una situación que pone en peligro nuestra supervivencia.
Pero, en las crisis de pánico, esta reacción de alarma se pone en marcha sin que exista un peligro real, por lo que también se les llama falsas alarmas. Estas falsas alarmas se producen porque evalúas como peligrosas ciertas sensaciones internas que, en realidad, no pueden hacerte ningún daño y que todos podemos experimentar, en mayor o menor grado, cuando estamos nerviosos.
Explicaremos cada uno de los puntos del dibujo del círculo vicioso:
Punto a: sensaciones internas:
Las sensaciones internas que pueden dar lugar al pánico, suelen ser algunas de las siguientes: palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca; sudor, escalofríos o sofocaciones; temblores o sacudidas; sensación de ahogo, de falta de aliento o de atragantamiento; opresión o malestar en el pecho; náuseas o molestias abdominales; mareo; inestabilidad; desrealización (sensación de irrealidad); despersonalización (sentirse como separado de uno mismo), o parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
Estas sensaciones son, en principio, normales y típicas en la ansiedad; pero pueden alcanzar una intensidad mucho mayor, al ser interpretadas en forma catastrófica.
Punto b: interpretaciones catastrofistas:
Las interpretaciones catastrofistas responsables del pánico, suelen concretarse en la creencia de que las sensaciones internas (a) son peligrosas, y de que al experimentarlas estás a punto de morir, volverte loco o perder el control. En una minoría de casos, pueden limitarse a la creencia de que dichas sensaciones son terribles y no pueden soportarse.
Punto c: reacción de alarma:
Como señalábamos antes, la reacción de alarma (también llamada activación del programa de pánico) es un mecanismo reflejo del organismo (como la capacidad de succionar, respirar, etc.) cuya misión es ayudarnos a sobrevivir cuando afrontamos un peligro. La activación de ese sistema de alarma produce las emociones, sensaciones y conductas típicas del pánico. Sin embargo, esta reacción puede producirse aunque no exista un peligro real, basta con que creamos que estamos en peligro.
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 12:22 |
El fantasma simboliza las sensaciones que temes. Si te acobardas ante ellas se "crecerán". En cambio, si les haces frente se irán reduciendo hasta desaparecer. (Adaptado de Agras, 1985)
RESUMEN DEL PROGRAMA DE TRATAMIENTO
ETAPA 1: COMPRENDER EL PÁNICO.
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Comprender qué son las crisis de pánico, su función adaptativa y la importancia de los pensamientos en la ansiedad y el pánico.
Clarificar las dos explicaciones existentes acerca del problema: la catastrofista que has creído hasta ahora, y nuestra explicación, según la cual el pánico: se produce por el mecanismo del círculo vicioso, no entraña ningún peligro y puede superarse mediante la terapia.
Registrar las crisis de pánico que experimentes, para analizar cómo ocurren.
Oír todos los días el casete "Qué es el pánico" para asimilar la información que se da en él y poder recordarla en forma automática.
La etapa finalizará cuando hayas comprendido plenamente cómo se produce el pánico. Te ayudará a comprobarlo ver si eres capaz de responder adecuadamente al cuestionario de autoevaluación que encontrarás al final de la etapa 1.
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ETAPA 2: MANEJAR EL PÁNICO
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Habituarte a detectar tus pensamientos catastrofistas y los pensamientos alternativos realistas. Cumplimentar registros de pensamientos.
Llevar a cabo diversos experimentos y analizar los resultados para que compruebes si encajan con la explicación catastrofista o con la del círculo vicioso.
Aprender técnicas de control de la ansiedad, como: distracción, respiración diafragmática lenta, relajación y autoinstrucciones. Una vez aprendidas, usarlas para afrontar el pánico.
La etapa finalizará cuando 1) aprendas a captar tus pensamientos catastrofistas y sus alternativas realistas, y 2) seas capaz de afrontar las sensaciones que antes temías, con las técnicas aprendidas, manejando las crisis satisfactoriamente en la mayoría de ocasiones.
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ETAPA 3: PROVOCARTE REPETIDAMENTE LAS SENSACIONES TEMIDAS, PARA ROMPER SU ASOCIACIÓN CON LA EVALUACIÓN DE PELIGRO.
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Se provocan con diversos ejercicios y tareas, pero sin llevar a cabo interpretaciones catastrofistas. Por tanto, las sensaciones tendrán una intensidad menor y, aunque es deseable que al principio produzcan cierto grado de ansiedad, no llegarán a provocar pánico.
La etapa finalizará cuando hayas practicado, reiteradamente, todos los ejercicios capaces de provocarte las sensaciones que antes temías, hasta romper la asociación entre dichas sensaciones y la interpretación catastrofista, que daba lugar a tu reacción de pánico.
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ETAPA 4: ELIMINAR LAS CONDUCTAS DE BÚSQUEDA DE SEGURIDAD QUE AUN PERSISTAN, Y EXPONERTE A SITUACIONES QUE ANTES TEMÍAS O EVITABAS.
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Se van eliminando todas las conductas dirigidas a evitar la aparición de las sensaciones que antes temías, o a prevenir su supuesta peligrosidad. Esto incluye la exposición reiterada a situaciones que antes temías o evitabas.
La etapa finalizará cuando te hayas expuesto, repetidamente, a las situaciones y actividades que antes temías o evitabas, en las siguientes condiciones: 1) sin realizar ninguna conducta dirigida a evitar el supuesto peligro; 2) provocándote mientras estás en ellas las sensaciones que antes temías, con hiperventilación, tomando café, etc., y 3) sintiéndote cómodo al hacerlo así.
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ETAPA 5: FINALIZACIÓN DE LA TERAPIA Y PREVENCIÓN DE RECAÍDAS.
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Esta etapa incluye los siguientes apartados: 1) evaluar los resultados de la terapia, 2) qué hacer si aun no estas bien, 3) consejos para prevenir recaídas, y 4) generalización de lo aprendido a otras áreas.
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EXTRACTO DEL ANEXO V: TRANSCRIPCIÓN DE CASETES
Casete 1) "Que es el pánico y que podemos hacer para superarlo".
Vamos a explicar cómo se producen las crisis de pánico y qué podemos hacer para superarlas.
Llamamos crisis o ataques de pánico, a la aparición repentina de miedo o malestar intenso acompañado de una o más sensaciones internas como: palpitaciones, taquicardia, sudor, temblores, sacudidas, ahogo, opresión en el pecho, mareo, náuseas o molestias abdominales, sequedad de boca, sensación de que percibes las cosas o te percibes a ti mismo en forma extraña, palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca, etc.
Estas crisis se acompañan de un sentimiento de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de escapar. En el momento de la crisis, la persona que la sufre cree que está a punto de morir, de tener un infarto o una trombosis; o bien de perder el control o de volverse loca.
Veamos cómo se llega a esto.
Las crisis de pánico son la respuesta de alarma de nuestro organismo ante el peligro. Si reaccionásemos con miedo, temblor, taquicardia, etc., porque alguien nos ataca con una navaja, consideraríamos nuestra reacción de terror y las sensaciones internas que lo acompañan, como algo normal. Si alguien nos gastase una broma pesada amenazándonos con una pistola y nosotros creemos equivocadamente que va a disparar y matarnos, responderíamos con el mismo terror; se pondría en marcha nuestro sistema de alarma y, en este caso, se trataría de una falsa alarma.
Nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan con miedo, con las sensaciones internas típicas del pánico y con el impulso de huir; cuando estamos ante un peligro, sea este real o imaginario. Es algo parecido a lo que ocurre con la alarma de un coche cuya misión es ponerse en marcha cuando hay peligro de que lo roben; pero que, en ocasiones, se activa sin que exista ningún peligro de robo. Del mismo modo, a veces, en algunas personas se pone en marcha el sistema de "alarma ante el peligro" y reaccionan como si en ese momento, estuviesen a punto de morir, volverse locos o perder el control.
Esto puede ocurrirles sin que se hallen ante ningún peligro real
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 12:41 |
En un Ataque de Pánico no te vuelves loco |
Fecha: 19.12.2008 - 12.40 Autor: 4704Paloma |
De: derrepenteyo (Mensaje original) |
Enviado: 15/08/2006 8:31 |
Pon mucha atención qué es lo que está sucediendo dentro de tu CABEZA para que no te asustes ven observa: cuando estás sintiendo y viviendo un intenso ataque de pánico, disminuye el torrente de sangre en tu cerebrito, y entonces tus arterias se empiezan constreñir, lo cual es un resultado muy normal y natural porque estás respirando de una manera muy rapida. Es por eso que al sentir esto, vas a empezar a experimentar sensaciones de irrealidad, desorientación y empiezas a sentir que todo te da vueltas. En el caso de que sientas esto, tienes que recordarte que esto se debe a una ligera y temporal disminución del flujo sanguíneo en el cerebro, pero no tiene para nada que ver QUE TE VAS A VOLVER LOCO...no importa lo mal y desorientado que te puedas sentir. Nadie nunca se ha vuelto loco por un ataque de pánico, aunque esa una de tus grandes preocupaciones.
Es muy importante que sepas que una persona no se vuelve loca así espontáneamente. Los desordenes mentales implican comportamientos que son etiquetados "locos" (como la esquizofrenia o la psicosis maniaco depresiva) pero se van desarrollando estos cuadros de forma gradual y toman muchísimos años. Nadie que experimente ataques de panico...ha alucinado o escuchado voces raras por todos lados...a menos que el ataque de pánico haya sido inducido por drogras recreacionales como LSD o cocaína.
Así que no importa lo mal que te estés sintiendo...esa sensación de que te vas a volver loca y perder la razón..todos esos mareos...e irrealidad...mmmm...jamás perderás la razón...poco a poco....irás recobrando el equilibrio interior y te sentirás mejorcita...dale tiempo. ..que en minutos....o segundos...te recuperas.....solo relajate......con el tiempo se irán disminuyendo.
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 12:44 |
Consejos para manejar un Ataque de Pánico |
Fecha: 19.12.2008 - 12.43 Autor: 4704Paloma |
De: derrepenteyo (Mensaje original) |
Enviado: 15/08/2006 8:37 |
No te dejes llevar por el miedo, ni te entregues a él, ya que lo único que conseguirás es que crezca muchísimo más, y lo transformarás en algo muy poderoso. Entre más practiques la evitación, más difícil para ti sera tratar tu ansiedad y tu pánico.
2. No evites situaciones o lugares por el hecho de que tengas miedo a sufrir a un ataque de pánico. Esto es lo que se llama agorafobia, y te creará la ilusión de seguridad. En realidad hará que tu miedo crezca con la anticipación.
3. Realiza un determinado y consciente esfuerzo para enseñarte a ti misma de que tienes que parar de evitar situaciones y lugares.
4. Practica por favor ir a lugares y colocate en situaciones que tu normalmente evitas. Este proceso de desensibilización trabaja mejor a largo plazo si tu la divides en pequeños pasitos, para que vayas confrontando la situación de poco a poco, de menos a más.
5. Date permiso de realizar pasos tan pequeños como tu necesites hacerlos en un principio. La clave es tomar un paso no importa que tan pequeño sea, pero llevarlo a cabo en forma segura y confiada.
6. Siente la ansiedad. Cuando te sientas ansiosa, realiza la misma distancia por lo menos que tu hiciste anteriormente. Al no salir y hacerlo, te colocas a ti misma en el mismo patrón de evitación.
7. Repite, Repite y repite tu práctica. La meta es moverte de las cosa que tu realizas con aprehensión a hacerlas con mucha confianza. Repite una actividad hasta que tu te sientas segura y confiada.
8. No intentes ir demasiado rápido. Puede que suceda que no te sientas confiada. No se trata de que juegues "a las tentadas " con tu destinación y después te devuelvas a casa corriendo, o tolerar altos grados de ansiedad; se trata de aprender a que disfrutes estar en cualquier lugar a los que tu quieras ir.
9. Pon mucha voluntad en permitirte sentir una pequeña y temporal incomodidad. Estas sensaciones de incomodiad no son amenazantes ni peligrosas para tu vida.
10.Sigue planeando nuevas destinaciones o eventos y aférrate a tu esquema de desensibilización. Hazlo hasta que tu puedas mobilizarte tan libremente que tu te sientas hasta aburrida con el proceso completo.
11. Detén los comentarios de esa parte juzgadora de ti misma. El hecho de que practiques ir a lugares y colocarte en situaciones te tomará mucho de tu tiempo y energía. Y eso está bien. Claro que puedes no te desanimes!
12. Escribe por favor.... anota tus pensamientos negativos a medida que tu hagas tu trabajo de desensibilización de tal manera que tu puedas contrarrestrarlos y reemplazarlos. Tu siempre podrás encontrar pensamientos alternativos para reemplazar esos pensamiento negativos que tanto daño nos hacen!!!
13. Por favor e insisto anoten muchas afirmaciones positivas. Memoriza y utiliza estas frases a lo largo del día, a donde quiera que tu vayas.
14. Hazte el hábito por favor, de entablar un autodiálogo contigo misma que sea positivo cuando tu practiques tus exposiciones y cuando no también. Si tu utilizas el autodiálogo positivo todos los días, lo tendrás de forma muy automática para ti en tiempos de gran ansiedad y pánico.
15. Reemplaza tus pensamientos negativos con afirmaciones positivas para ayudarte a prevenir que tus pensamientos de miedo se vayan en forma espiral, que es lo que te causará más miedo y por resultado, más sensaciones físicas de pánico. NO LE CONCEDAS AL MIEDO MAS PODER ENFOCANDOTE EN TUS PENSAMIENTOS EN ESTA AREA.
16. Mira a tus recaídas como una oportunidad para un crecimiento adicional. Recuerda, UNA RECAIDA PUEDE SOLAMENTE OCURRIR QUE TU HAS TENIDO ALGUNA CLASE DE EXITO.
17. Cambia de enfocarte en la ansiedad a enfocarte en tu destinación. Visualizate en tu situación, sonriendo y disfrutandote a ti misma y sintiendo esa sensación de logro.
18. Por seguridad llévate el celular contigo. Te sentirás por lo menos al principio con seguridad con él, ya que puedes contar con la alternativa de hacer una llamada rápida en caso de necesitar apoyo.
. Recuerdate a ti mismo que aunque tus sentimientos y síntomas son muy catastróficos, ellos NO SON para nada peligrosos o dañinos.
2. Entiende que lo que tú estás experimentando es solamente una exageración de tus normales reacciones corporales al estrés.
3. NO LUCHES con tus sentimientos, o intentes hacerlos de un lado. Entre más desees confrontarlos, ellos se convertirán menos intensos.
4. NO AÑADAS leña al fuego, pensando en que "podría" ocurrir. Si te encuentras pensando, "Y si pasará?" dite a ti mismo "Y queeeeeee!!!!!"
5. Por todo lo que más quieras permanece en el presente. Observa lo que realmente está ocurriendo a tu alrededor, en vez de que empieces a pensar en lo que "podría" suceder.
6. Anota tu nivel de miedo de 0 a 10 observa como aumenta y disminuye. Vas a notar que no puedes estar en un grado alto de miedo sino más bien unos cuantos segundos.
7. Cuando te encuentres pensando en tu miedo, cambia tu pensamiento primario. Concentrate y lleva a cabo una simple y manejable tarea.
8. Observa bien ..que cuando paras de añadir pensamientos catástroficos a tus miedos, ellos tienden a desaparecer.
9. Cuando el miedo te aceche, esperalo y aceptalo. Espera y dale un tiempo para que pase sin que tengas que salir huyendo.
10. Sientete muy orgullosa de ti por el progreso que has alcanzado hasta ahora, y piensa en lo bien que te sentirás cuando superes este pánico en este momento también.
11.Recuerda que un nivel 10 de ataque de pánico, es por nuestra propia definición personal "lo peor". Es muy confortante saber que has lideado antes con niveles 10 anteriormente. Que fueron si es cierto terribles, pero temporales, y que sobreviviste. Nada malo ni peligroso sucedió. Tu ya has lideado ya con lo "peor".
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De: Siondra |
Enviado: 03/12/2009 16:30 |
ATAQUES DE PÁNICO |
Fecha: 26.12.2008 - 20.44 Autor: yoya |
Trastorno de pánico
Nombres alternativos
Ataques de pánico
Definición Volver al comienzo
El trastorno de pánico involucra ataques repetitivos e impredecibles de intenso miedo, acompañados por síntomas de ansiedad severa en el cuerpo que pueden durar de minutos a horas. (Ver también trastorno de ansiedad generalizada).
Causas, incidencia y factores de riesgo Volver al comienzo
La causa exacta del trastorno de pánico se desconoce, pero existe una clara influencia de la herencia (los estudios sugieren que si un gemelo idéntico presenta este trastorno, el otro desarrollará el trastorno de pánico en el 40% de las veces). Además, el trastorno de pánico tiene influencias ambientales y de aprendizaje, como a menudo ocurre en miembros de una familia quienes no están relacionados genéticamente entre sí.
El trastorno de pánico se presenta a menudo el doble en mujeres que en hombres y aproximadamente el 2% de la población resulta afectada cada año. La persona afectada con frecuencia vive con temor a otro ataque y es posible que no quiera estar sola o alejada de la asistencia médica.
Los síntomas por lo general comienzan a la edad de 25 años y aunque el trastorno de pánico se puede presentar en niños, no suele diagnosticarse hasta que la persona es mayor. Las personas con esta condición generalmente se someten a evaluaciones médicas para síntomas relacionados con ataque cardíaco u otras condiciones antes de que se haga el diagnóstico de trastorno de pánico.
Síntomas Volver al comienzo
Con el trastorno de pánico, por lo menos cuatro o más de los siguientes síntomas se presentan abruptamente en un período de 10 minutos y los ataques pueden estar seguidos de por lo menos un mes de miedo persistente a tener otro ataque:
Con frecuencia, se presentan cambios extremos en el comportamiento (en el hogar, el trabajo, el colegio, la familia, etc.). Las personas con este trastorno a menudo sienten preocupación acerca del significado de sus ataques de pánico. De hecho, pueden pensar que van a enloquecer o que van a sufrir un ataque cardíaco.
Signos y exámenes Volver al comienzo
El médico realiza un examen físico, incluyendo exámenes de sangre y una evaluación psiquiátrica. Es necesario descartar trastornos médicos subyacentes antes de poder hacer el diagnóstico del trastorno de pánico.
También es necesario considerar los trastornos relacionados con la drogadicción, dado que algunos pueden simular ataques de pánico. Este problema de adicción puede resultar cuando las personas con ataques de pánico intentan automedicarse para manejar el miedo.
Se puede sospechar la presencia de trastornos cardiovasculares, endocrinos, respiratorios y neurológicos que pueden coexistir con los de pánico. Los exámenes de diagnóstico específicos que se llevan a cabo varían y están basados en los síntomas.
Muchas personas con trastorno de pánico acuden primero a la sala de emergencias porque sienten como si estuvieran teniendo un ataque cardíaco.
Tratamiento Volver al comienzo
Los medicamentos ansiolíticos, los antidepresivos y las terapias cognitiva o del comportamiento se han usado con éxito para tratar trastornos de pánico, ya que actúan sobre el sistema nervioso central, reduciendo la ocurrencia de ansiedad y síntomas asociados.
Un tipo común de medicamentos ansiolíticos son las benzodiazepinas, incluyendo aprolazam (Xanax), sin embargo, éstos están asociados con dependencia y adicción. Lo ideal entonces es utilizarlos en forma temporal.
Los medicamentos más utilizados para el trastorno de pánico son un tipo de drogas antidepresivas llamadas ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) y si esto no ayuda, se puede pensar en la utilización de benzodiazepinas por un período mayor.
La terapia de comportamiento que se puede emplear juntamente con la terapia de medicamentos comprende: técnicas de relajación, imágenes mentales agradables y reestructuración cognitiva. La terapia psicológica y las técnicas terapéuticas también pueden ser útiles, además de los medicamentos.
El ejercicio regular, las horas de sueño adecuado y las comidas programadas a horas regulares pueden ayudar a reducir la frecuencia de los ataques. Igualmente, se debe reducir o suspender el consumo de cafeína y otros estimulantes.
Expectativas (pronóstico) Volver al comienzo
El trastorno puede ser duradero y difícil de tratar. A pesar de que es posible que muchas personas que lo padecen no se curen con tratamiento, la mayoría puede esperar un mejoramiento con los medicamentos o con la terapia del comportamiento.
Complicaciones Volver al comienzo
Las posibles complicaciones de esta condición incluyen el hecho de evitar situaciones o lugares que pudieran provocar un ataque y aumentar la posibilidad de otro trastorno de ansiedad y trastornos del estado de ánimo.
La dependencia de los medicamentos ansiolíticos es una posible complicación del tratamiento. Dicha dependencia involucra la necesidad del medicamento con el fin de poder desenvolverse y evitar los síntomas de abstinencia. No es lo mismo que adicción, que involucra el uso compulsivo de una sustancia a pesar de sus consecuencias negativas. La dependencia y la adicción a menudo se presentan juntas, pero la dependencia en sí no siempre es un problema.
Situaciones que requieren asistencia médica Volver al comienzo
Se debe buscar asistencia médica si el pánico interfiere con el trabajo, las relaciones interpersonales o la autoestima.
Prevención Volver al comienzo
Para las personas propensas a ataques de pánico, se recomienda evitar los estimulantes como cafeína, cocaína y el consumo de alcohol, ya que estas sustancias pueden inducir o empeorar los síntomas.
Actualizado: 8/19/2004
Versión en inglés revisada por: Angela Smyth, M.D., Department of Psychiatry, University of Chicago, Chicago, IL. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
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